Te estoy mirando a tí, árbol de mis sueños.


Te estoy mirando a tí, mi ábol preferido, te miro todos los días al despertar cuando entorno mi ventana, y estás ahí, siempre elegante, atento, mirando hacia lo alto, desafiante y a la vez tierno. Las mágicas pinceladas de la noche dibujan de matices tu elegante vestimenta verde, te avisan que es tiempo de cambiarla y prepararte sigiloso para el largo sueño de estos meses, y van cayendo tus adornos poco a poco en la alfombra que a tus pies descansa hasta ponerlo todo oro, todo ocre... en un aterciopelado cobertor de hojas, que se despiden de tí con lágrimas perdidas en el tiempo, balanceadas por el viento y cortejadas por la lluvia, novia eterna del Otoño susurrante. Parece que me sonríes, al balancear tus ramas con cadencia, en esa danza que acompaña tu suave movimiento en este instante, para tornarse violento cuando  duermo. Siento tus lamentos en ese arranque húmedo de tus hojas que caen tristes, despidiendo entre sollozos sus sonrisas. Pero tú sigues ahí, con tus raíces alimentando la esperanza , sabes que llegará de nuevo con su verdor de almas a cobijar tu mundo y tu silencio, a oxigenar la vida y a danzar con el viento, inspirando sonrisas , enamorando el tiempo, y espiando romances de amantes y recuerdos. Te estoy mirando a tí, árbol anhelante de mis sueños.


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