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Mostrando entradas de octubre, 2014

Fantasías y ensueños

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 Hojarasca de infusas emociones al viento precipitan suspiros en holganza de seda, cual alfombra dorada de la musa que hospeda cada instante sublime del adagio sediento. Misteriosa la tarde que convida al intento fiel testigo que alcorza la admirada alameda, mientras caen las hojas en cetrina vereda fluyen nimbos de plata por azul firmamento. Purifica el vacío del cansancio confuso y admirando el arpegio del trinar que murmura se refugian azares de miríficos sueños. Ameniza melosa la sutil conjetura en la noche esperada cual oasis iluso de traslúcida luna, fantasías y ensueños.

El hechizo de un anhelo

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Caramelitos de luna, confituras de luceros, azules las estrellitas en el convite bohemio. Alocadas las brujitas con duendes cascabeleros improvisan entre risas  armonizando el festejo,  mientras luces oportunas acrisolan sortilegios. En la laguna dorada hay princesas, caballeros,  calabacitas traviesas y misteriosos arpegios. Haditas y damiselas con los ilusos anhelos entre mitos y leyendas conjuran miles de sueños, con pócimas encantadas y el hechizado desvelo. 

También en el ocaso

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También en el ocaso nacen rosas y admiro la pasión de su porfía, en tanto yo acaricio las espinas los pétalos ofrecen sus auroras. Florecen otoñales las alfombras de perlas con las gotas de rocío y expelen aromáticos idilios silvestres margaritas entre rocas. Misterio consentido que provoca la etérea inspiración de pinceladas, matices de colores desde el alba fluyendo en el espliego de las horas. Convergen las pupilas soñadoras inmersas entre azules desafíos, atadas a la magia lo genuino se nutre en la belleza que eclosiona. Ilusa la acuarela de mis notas se nutre del relente de la luna concede el estupor de la aventura, en medio del sonrojo que arrebola. Anhelo de monarca mariposa revuela sorprendiendo el acertijo, en tanto del otoño diamantino también pueden nacer las bellas rosas.

Haciendo de la fe

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Callada entre sus penas la memoria se empeña en el hacer ineludible, precisa atesorar lo indescriptible cual vástago inefable de su historia. Define en la verdad su trayectoria y en medio del pretérito intangible, sustenta lo profundo, lo sensible e imprime su algazara de victoria. Presagia la eclosión de aquel anhelo genuina inspiración de primavera, que intuye milagroso su desvelo. En tanto en el ocaso una quimera remonta en su albedrío el pleno vuelo, haciendo de la fe su mensajera.

Vestigios entre huellas

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Vestigios   Jazmines destilando su ambrosía fragante en la expansión de lo sublime, aroma de ese amor  que no reprime y ofrece liberado su utopía.   Invade en el albur la fantasía, trasciende sentimientos cuando imprime la huella del andar que nunca oprime su intensa calidez, ni su alegría.   Infunde en el caudal de sus virtudes el gozo del hacer que nos convida, al reto de increpar las inquietudes.   Vestigios del periplo de la vida y anhelos de adorables multitudes comparten su algazara conmovida.       Entre huellas   Fue el alba en su rosácea bienvenida quien hizo del encanto matutino, la impronta surtidora junto al trino vital en su pasión comprometida.   Es más que una algarada enriquecida el bello panorama tan genuino, de azules rosicleres peregrinos y el álveo encantador de su partida.   Conspira el universo del profeta y arcanos espejismos de visiones encienden almenaras entre huellas...

A pesar de los años

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A pesar de los años A pesar de los años sólo sé que me inspiras, en la noble esperanza o en el cruel desafío  y comparto horizontes de incipiente vacío o quimeras de anhelos al saber que suspiras. ¿Dónde están nuestros tiempos, si es que acaso deliras en recuerdos perpetuos de emociones fecundas? ¿Dónde estás si  mis letras vagan hoy errabundas, en colinas lejanas simulando despecho? Se me escapa la vida sin negar el acecho que atesora memorias entre azares y lunas, laberintos de antojos entre coplas montunas y el hacer fascinante de tu andar satisfecho. A pesar de los años junto a ti me pertrecho, abastezco la acequia y el caudal no fenece si esta musa bohemia cual ritual estremece, obcecados caprichos en sus délficas liras.

Testigos

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Testigos Testigos de las letras y anhelos peregrinos afirman mil razones de ilusas contingencias, si acaso en la locura se pierde en los abismos suspiros ambulantes de paz o de tormenta. Fue el roce de tus manos remanso de nobleza más que un virtual abrazo sellando nuestro idilio, hubo pasión de almas, miradas confidentes y el más ardiente beso de egregio regocijo. Testigo fue la tarde de flores y poemas, la calidez del verso vagando tiernamente y en la ilusa almenaras tus ojos como estrellas llegando a lo profundo de arúspices placeres. Sublime aquella cita de sueños evidentes, de aromas tan sensuales, augurios y quimeras, no fue un simple mensaje ni el sórdido espejismo quien detonó la chispa vital en nuestra entrega. Testigo fue el ambiente de amor y melodía, recinto inolvidable sin trabas ni fronteras y el cándido agasajo fluyendo sin mentiras cual cénit del lirismo vital que no encadena. Fue un canto de esperanza tu adagio de po...

Tu recuerdo

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Tu recuerdo Hoy busco el frenesí de tu recuerdo, el cielo visionario que vivimos pletórico de idilios no confesos guardados dulcemente en el mutismo. Escucho entre las páginas del tiempo el eco cenital de la algazara, las notas suspendidas del deseo y el délfico placer de nuestra alianza. Es bello el recorrer tanta ternura, sublime armonizar cada momento de encuentros clandestinos con la luna, la eterna confidente de lo nuestro. Entonces nos bastaba la penumbra y el gozo espiritual de las palabras, las noches de nostalgias inconclusas y el beso inspirador antes del alba. Quizás en el ocaso de mis versos yo pueda trascender hasta tu nido, no sé si fue el capricho del misterio quien hizo de este amor un acertijo. En tanto la distancia sin te quiero, la insana incomprensión y hasta el orgullo callaron las pasiones, los desvelos, atando nuestros sueños entre muros. Ya ves tejo la historia con mis letras, sacudo la añoranza  e...

El tiempo del amor

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Ansioso en la utopía alucinada descubre un nuevo sueño que conspira, infunde al horizonte en la vigilia  azares caprichosos e irredentos. Abraza desde el alma su universo la impronta en desafiante sacudida, se impone contingente y sin malicia atado a la verdad que no se espanta. Y eleva su confianza sin lamentos seguro en su leal peregrinaje, cual firme confidente inigualable que enciende su almenara entre las sombras. Revuela en el estío silenciosa la musa entre sincréticas deidades, comulga en el arpegio de los mares en tanto se emancipa en el silencio. Ilusa la virtud que no pregona codicias ni arrogantes desempeños, si busca en la humildad el complemento  y acepta sabiamente en la esperanza. Espíritu de andar sin asechanzas aún en la oquedad de los desiertos, el tiempo del amor vence los miedos: ¡es libre en su albedrío y no aprisiona!

Como pinceles

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Acrisolando montes genuinos como pinceles bien atinados, hacen su magia los diamantinos.   Buscan tesoros tan bien guardados entre añoranzas correspondidas los acertijos de enamorados.   Y rebosantes van atrevidas las pinceladas entre rubores de inquietas dalias embellecidas.   Silvestre el manto de los colores, rosácea alfombra que se revela con sus silvestres multicolores.   Esplende el áster cual acuarela, luce el donaire de sus espigas con el deleite que se desvela.   Díscolo ocaso, tú no mendigas en los senderos alabastrinos  del sortilegio que nos prodigas.   Acrisolando montes genuinos como pinceles bien atinados, hacen su magia los diamantinos tejiendo alfombras por todos lados.    

Me inspira

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Me inspira Me inspira tu silencio aventurero que goza en la algazara de la aurora, el parco contubernio que enamora la endecha del placer en el sendero. Me inspira tu capricho lisonjero de osado seductor que no destruye, ni esconde en el vacío, ni rehúye del trino cenital del romancero. Me inspira tu alborozo tan certero confiando la pasión de la añoranza, cual tierna contingencia de la alianza  al eco del requiebro lisonjero. Me inspira tu sonrisa de hechicero que alude mi placer en su vigilia, si el aura del espliego nos concilia y entrega su arrebato caballero. Me inspira acariciar ese bolero que atrapa la distancia con la espera y entrego en la caricia prisionera, mi perla presumida cual lucero.  Tú besas mi sonrisa zalamero y el néctar del vergel que me devora, inspira rosaledas en mi aurora:  oasis de alborozo aventurero.