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Mostrando entradas de junio, 2023

Con las Alas al Viento

  Esplende su alegría la tierna mariposa rozando con las alas al viento los claveles, gozosa en la mañana cual ninfa primorosa dorando con la brisa de azares sus pinceles. Romance sibilino de ilesa golondrina arrullan con las alas al viento madrigales, regresa enamorada, traviesa, peregrina, viajera entre recuerdos y arpegios ancestrales.   Presume sus acordes divinos el sinsonte tentando con las alas al viento lo genuino, entona melodioso su canto al horizonte en tanto se acrisola su rostro matutino. Albricias y  esperanzas lozanas reverdecen juntando melodiosas tonadas del jilguero, las odas desveladas de alondras que enternecen acequias que conducen al claro del sendero.

Como Tantas Veces

  Muriendo la noche como tantas veces me acoge el desvelo de amar sin remilgos, despide el ocaso su fiel laberinto y el cielo se viste del azul celeste. Es cual paraíso que envuelve silente la brizna adorable, etéreos misterios, tan suaves que infunden fragancia y rocío cuando nace el alba como tantas veces. Y es sublime el canto del aura inminente  del viento apacible cual soplo imperioso, se acerca apremiante si augura su entorno de espliegos, lavandas, jazmines, cipreses. Adiós a mis noches como tantas veces  guardando el tesoro délfico y supremo de instantes, arrullos silbando delirios, mientras la esperanza fluye confidente. La luna se esconde como tantas veces  hilvanando acordes que  emigran bohemios, mientras la algazara de su sortilegio reluce en el halo cuando el sol esplende. En versos se añoran mares que trascienden la arena encantada de azares, de encuentros, de sueños osados e ilusos caminos que escrutan nostalgias como tantas veces.

Despertó de su Letargo

  El rayo de luz penetra en el jardín sin recato, besa su estela dorada, cubre el verdor de inmediato, mientras la rosa se espiga con sus retoños amados. Viste su manto de seda trasluce todo su encanto, acariciando corolas, los pistilos olvidados y a los pétalos adorna con el rocío del campo. Vuelve la novia divina despertó de su letargo, confabuló con el alba y se acicaló en el lago, mientras se luce coqueta con sus matices rosáceos. Surte el néctar, la ambrosía, el azul de los milagros, el esplendor de la aurora y el lirismo del ocaso, romances y sortilegios de poetas desvelados. Anticipada se acerca asombrosa junto al halo,  la nigromancia del aura  resplandece ante el llamado, mientras fulguran las orlas entre mitos delicados. Ella entreteje madejas de rosas y de geranios, hilvana con sus anhelos el prodigioso remanso,  mirífico el  paraíso en su más bello escenario.

El Iris del Amor

  La esencia de tu luz se hizo valiente contagiando el amor que nos inspira, en tanto alguna nota que suspira revela su verdad más convincente. El iris del amor se hace evidente en medio de esa luz sin más mentira, tan plácida , tan fiel mientras admira el gozo del placer irreverente. El verso ha resumido su victoria y el tierno rosicler que nos abraza delata lo leal de nuestra historia. La plena inmensidad no se disfraza, se muestra libremente en la memoria en tanto a la falacia la desplaza.

Visiones

Miradas que auguran enigmas y azares, furtivos anhelos y efímera brisa que llegan surtidas con la inquieta brizna y esparce el rocío con finos detalles. Comulgan distancias en tan bella imagen, fluyendo acertijos en las hojarascas en tanto despiertan de inefable holganza, edénicos sueños de audaces amantes. Visiones ilusas e intangible el tiempo dejando eminente sus huellas marcadas, son como murmullos que nacen del alma refugio ingenioso de indócil silencio. Ocaso rebelde que infunde el desvelo, presagio de auroras cetrinas de otoño que impelen al viento levantisco enojo, cual gris añoranza de aciagos intensos.

Presiento

  Presiento esa bondad que se destila lejana en el concierto de las olas, en ese salpicar de blanca espuma que invade los secretos de la aurora, decana de un amor sin armadura guardada en el tesoro que arrebola. Presiento un mar de arena blanca y fina tallando con sus huellas las memorias, ardiente en el revuelo sin censuras, discreto en el azar de cada historia y arúspice sensual bajo la luna, meliflua en el placer que se corona. Presiento un derrochar a la deriva bregando en la pasión más generosa, gozando del salitre y la fortuna que hechizan la ambrosía del aroma y el soplo cenital cuando copulan, los sueños confidentes que obsesionan.

Déjame

Verso déjame alcanzar la gaviota que no espera, quiero entre letras besar la rosa de primavera y con el viento atinar la mariposa viajera, que acaricie el despertar flamante de mi quimera. Luna déjame hechizar el rosicler que cautiva, impetuoso al estallar con la aurora fugitiva y el guiño crepuscular en la mirada atractiva, que no duda en abrazar  con el alma su misiva. Tiempo déjame soñar profanando el laberinto, quiero en el Cénit vibrar acrisolando el instinto si florece en el azar alborozado y distinto,  el milagro del versar en el délfico recinto.  

Torbellino de esperanzas

Tierna es la brisa que llega sin permiso y cortesana, bella ilusa en su atavío con pasión de enamorada. Vuelve al retozo que hechiza con lisonjas de esperanzas, mientras tanto en su delirio se desvela sin palabras.  Sigue las huellas divinas del amor en mi ventana: tierna es la brisa que llega sin permiso y cortesana. Sopla un vendaval de anhelos tolerantes y genuinos,  siempre leales sin trazas de falacias ni acertijos. Siente el gozo que se inspira cadencioso y confundido, cual torbellino supremo de conjuros precavidos. Se oye un adagio de notas y el pregón del estribillo: sopla un vendaval de anhelos tolerantes y genuinos. Sube la espuma en las olas de alboradas sin nostalgias, mientras la luna de plata siempre reina la agasaja. Crestas ilesas salpican de salitre la algazara son arrecifes que adornan coralinas filigranas. Oda del mar en la aurora presagiando la velada: sube la espuma en las olas de alboradas sin nostalgias.

Recrea fantasías para el alma

  Danzaba un colibrí pleno en su vuelo con alas y pinceles de esperanzas, inquieto cual bohemio y peregrino tan ágil y veloz en las mañanas, en tanto los cipreses florecidos inspiran mil tonadas entre anhelos. El claro despertar que nos conmueve y el eco inspirador de su algazara, comulgan complacientes y adorables con alas y pinceles de esperanzas, si alcanza el sortilegio inolvidable el aura del amor cuando amanece. Es tierno el rosicler que en la distancia descubre  lisonjero el acertijo,  atisba la presencia en la alborada inquieto cual bohemio y peregrino, de ilusas golondrinas desveladas  trinando primaveras sin falacias. Exhibe el esplendor de su plumaje y liba la ambrosía delicada, batiendo sus alitas con esmero tan ágil y veloz en las mañanas, el tierno zunzuncito que travieso alcorza la armonía del paisaje. Audaces entre ramas andarinas con gracia y acrobáticos saltillos, se ingenian alocadas las ardillas en tanto los cipreses florecidos, deslumbran la genuina maravilla que e

Entre Anhelo y Suspiro

  Se entregó el corazón al poema que escribo, su torrente surtió cada etapa que pasa, pretendió levantar la mirada hacia el alma y tan solo vivir el edénico idilio. Se entregó hacia la luz la verdad del delirio, la razón que impulsó la sutil remembranza, intentó cuestionar la más cruenta nostalgia en la adicta oquedad de silencios impíos.  Entregó su pasión, lo adorable y genuino  el desierto clamó por su lágrima osada, nada pudo apagar nuestra hoguera que en llamas sorprendió en su bregar la obsesión del olvido. Y aparté de mi vida el nefasto vacío, el que quiso acallar nuestra ardiente algazara. Abrazamos tú y yo la llegada del alba cortejada de amor, entre anhelo y suspiro.