Entre mis versos
Suele aparecer en la distancia, con el ancla al hombro, buscando donde acariciar la tierra firme. Su cabello siempre suelto, al aire, despeinado y ondulando sonrisas entre los rayos de su alma. Deslumbra la fuerza de sus ojos, lleva la inteligencia acomodada y polvorienta, sacude con sus manos bien talladas los vestigios de un ayer sin huellas y calma la ansiedad del hoy y del mañana, con la ternura del amanecer que despierta y alborota, con esa cercana sensación de andar veredas y montañas, de abrazar llanuras y seducir entornos, siempre con el ancla al hombro, moldeando espacios, donde establecer su morada y rellenar vacíos. Suele aparecer entre la niebla densa, o entre la lluvia iluminada por hilos de plata. Suele vestir de blanco, o de azul, o de rosa, o tan solo enredar sus cabellos sueltos en el mosaico espectral del arco iris, besando con el sol las gotas húmedas del llanto del universo. Suele aparecer llena de gracia, el ancla ...