Mirando desde el alma
Yo admiro sobre todo tu nobleza, el modo en que concibes la humildad, la gracia de servir con voluntad aquello que refleja la belleza. También la gratitud, delicadeza, tu forma refinada, la bondad, el eco de tu amor sin vanidad mirando desde el alma en su grandeza. Tu verso que elegante en su armonía ofrece su pasión con elocuencia y logra deleitar con su ambrosía. Es como el surtidor en cuya esencia se encuentra lo mejor de su energía y sabe convencer con su sapiencia.