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Mostrando entradas de junio, 2018

Me dices

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Me cuentas de miradas lacerantes, de susurros flagelando las quimeras, de mentiras matizadas de bondades y acertijos en falacias que atropellan.  Me auguras vituperios ignorantes, heridas y punzadas lastimeras, el odio que cercena voluntades cegando los tesoros que destellan. Me dices que hacen poses arrogantes que ocultan tras sus máscaras de esperas, la insidia, las miserias, mezquindades cargando las crueldades que desuellan. Me inspiras con palabras palpitantes me invitas a vivir las primaveras revelas pensamientos, realidades y enfrentas los murmullos que rehuellan. Así  muestras senderos y variantes, caminos, horizontes y fronteras me enseñas a vencer adversidades y a obviar a los que humillan y adentellan.   

Mirando hacia la luz

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Mirando hacia la luz Así poder cantarle a la mañana sentir el despertar del alborozo la lira del amor, adagio y gozo mirando hacia la luz que nos emana. Puliendo en el hacer la filigrana el arte de extasiar hasta el sollozo, saberse espiritual junto al rebozo y allí inspirarse libre, soberana. Si acaso entre sus notas visualiza el iris que ha pactado con la alianza, se ajusta a su pincel y se desliza. Azules los destellos de esperanza  y el verde del sendero se adoniza, en tanto resplandece en lontananza. 

Me dices

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Me dices que al mirarme el cielo tocas que llegas a vivir el desenfreno, entonces yo a tus ojos me encadeno y siento el sortilegio que provocas. Revelas mis delirios, no sofocas, te siento encantador, viril, ameno, descubres mi pensar, no eres ajeno a tanta intensidad que tú convocas. Me dices que en el délfico desvelo sumemos nuestros sueños desmedidos, sabiendo que nos une un mismo cielo. Enfocas esos ojos atrevidos, me dices que sintamos el revuelo de osados confidentes encendidos. 

Sueños azules

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Me inspiras a vivir sueños azules, que pinte con añil cada desvelo y pueda vislumbrar en el anhelo la fuerza al repetir: ¡No capitules! Me encanta escudriñar en mis baúles topar con remembranzas en revuelo, sanar y discernir el desconsuelo y allí poder gritar:¡No disimules! Me tienta hasta el murmullo de las gotas que aspergen con cadencia en mi ventana y endulzan el adagio de sus notas. Me place contemplar la filigrana que dejan acertijos en pasotas y así poder cantarle a la mañana.

Y aún en el pesar

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Vaivén de la esperanza entre las olas persuaden el capricho del silencio, entonan melodías ancestrales cual arpa en el convite que arrebola pues sabe en el pesar ineluctable, que es cómplice de azules sortilegios. Se siente la sinfónica llegada que inunda lo crucial en el desvelo, el alma se humedece en los instantes del bello rosicler en la algazara, que busca en el reflejo impostergable el grato amanecer lleno de anhelos. Y el mar se precipita con su encanto de estrellas, de corales y amuletos, del tórrido pregón de los azares y el cauce del arroyo en el peñasco cayendo en la alborada inevitable que anuncia el despertar al universo.

Y así revela toda su fortuna

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Cual arcángel de fuego en su locura cabalga la osadía en primavera, gozando del placer y de la espera que encajan en la délfica aventura. Regala el resplandor de su ternura no deja de atrapar su fiel quimera, ofrece el corazón que prometiera el tórrido desvelo sin mesura. En tanto el corazón busca el aliado conspira vehemente con la luna que invita al frenesí de su llamado.  Obsequia una mirada inoportuna, se envuelve en el abrazo codiciado y así revela toda su fortuna.

Nos abre y cierra sus puertas

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¡Con gratitud el sendero  nos abre y cierra sus puertas! No importa si son estrechas y angostos los derroteros. Andando valles y cuestas, subiendo por los laderos, al vagar por las veredas  y horizontes placenteros, sin eludir las ofertas  ni los sueños venideros. ¡Con gratitud el sendero nos abre y cierra sus puertas! Es como el fiel misionero  que mitiga las reyertas. Confabula con las fuerzas que hermanan a los guerreros, entre muchos avatares son puntuales mensajeros. Multiplican sus bondades  e ideales llevaderos, al compartir esperanzas y sentires valederos. Es como el fiel misionero  que mitiga las reyertas. Nos abre y cierra las puertas visualizando el sendero. No se esconde entre quimeras, carga optimista y ligero, hace el pacto con la vida y es el más fiel heredero de la alianza que proyecta el amor como escudero, mientras nos deja sus huellas el más leal compañero. Nos abre y cierra la