Cuando el poeta suspira
Cuando la herida agoniza toma el poeta del alma, aquella fuente que calma junto al versar que armoniza. Sublime el que cicatriza cuando el verbo solo fluye, la inspiración que le intuye la emoción fiel y sublime, siempre perdona y redime con la verdad que construye. El corazón no destruye cuando se abre al universo, con la tinta que en el verso deja la esencia que instruye. La vida se reconstruye sanando su deterioro, con respeto y con decoro motivando la empatía, que se atreve y desafía como un preciado tesoro. Como un preciado tesoro que se nutre mientras sueña, teje el hacer que se empeña en abrazar lo que imploro. La esperanza yo avizoro en el sentir de la lira y el horizonte se inspira en sus pendientes y estíos, rellenando los vacíos cuando el poeta suspira.