Cascadas de Luces

Abeja que no pone resistencia, así me siento yo de enamorada, la miel de la dulzura enajenada me atrapa en su ambrosía con su esencia. Y siento en el olor de tu presencia que el alma tengo yo desordenada, que quiero ser tu fruta deseada aquella que te guste con demencia. Y así quiero vivir nuestra locura amando cada instante intensamente, sintiendo en el placer la desmesura. Vibrar en nuestro edén sinceramente, gozando en el calor de tu figura la vida que sonríe vehemente.

Cansados, tan dichosos, tan unidos,  muy juntos atajando los anhelos surtimos la intención de los desvelos que llegan entre versos compartidos. Atentos nuestros sueños atrevidos nos llenan cada espacio en sus revuelos, permiten alcanzar en tantos vuelos oasis en desiertos prohibidos. Mas todo el universo nos inspira amando intensamente nuestra historia que sabe del andar cuando suspira. Y entonces cultivar en la memoria el beso aprisionado con la lira y el trino encantador de nuestra euforia.

Contagia con su esencia seductora el trino del desvelo en su parnaso, revuela con la musa sin descanso y ofrece su emoción a todas horas. En tanto en el sendero se acomodan, la brisa con la magia de su canto, la lluvia refrescando su remanso y el suave tintineo de sonajas que invitan al placer de su algazara y al tierno acariciar en el ocaso. Sorprende el corazón con su romanza, él sabe del amor y de lo tierno que inspira la intención  del sortilegio y entorna agradecido la mirada. Gozando del nacer de la mañana deslumbra junto al iris la alegría, se crece en la bondad de sus albricias, inmerso en el frescor de su rocío y mientras se  arremeten desafíos que hablan del quehacer que no limita.

Mientras baten tantas alas en revuelo y entre letras nos regalan su ternura, nace el verso en el fraguar de esta locura y arrebata apasionado en su desvelo. Versa el alma en la algazara del anhelo, se estremece el corazón sin más mesura entre tanto el frenesí de su hermosura nos invita en el placer al mismo cielo. Son instantes tan sagrados y genuinos que atesoran lo más bello de la aurora: ¡el caudal de los encuentros clandestinos! Entre notas la misiva tentadora, la que sabe nuestros sueños más divinos y contagia con su esencia seductora.

Y es que puedes fundirte en la hermosura, el trino del amor es confidente, se asoma al arrebato de repente y muestra entre caricias su armadura. Te siento tan viril en la locura que enlaza nuestros cuerpos tiernamente, al beso y al suspiro vehemente asidos a esta mágica aventura. Y entrego hasta el silencio sin cordura, me gozo en el placer intensamente e hilvano mi pasión con la ternura. Te quiero y te deseo en mi presente, ofrezco el corazón sin conjetura y abrazo nuestra unión sinceramente.

Las ansias por amarse de repente despiertan con su fuerza poderosa, reclaman de su entrega silenciosa y juran su requiebro eternamente. Lisonjas del amor que vehemente confiesan su pasión maravillosa, defienden la promesa que afectuosa los une desde el alma intensamente.  Y queda en el aroma de su esencia el loco frenesí de su embeleso, el gozo, la armonía y la cadencia.  Entrega el corazón en solo un beso, la vida en su preciosa confidencia haciendo que el placer fluya travieso.

Por lo mucho o lo poco que has vivido el curso de la vida nos alcanza, cosecha primorosa la esperanza aún entre censuras del olvido. El tiempo que frugal se ha compartido cincela en cada huella de su alianza, aquello que consuela en la añoranza y sana en el capítulo vencido. Minutos que demuestran lo evidente se enlazan siempre fiel a sus quimeras tan llenos de lo bello y fehaciente. No hay dudas los segundos entre esperas revuelan en su arpegio irreverente, haciéndose sentir las primaveras.

En saber encontrar feliz destino pactamos nuestro mundo libremente, mirando al universo fehaciente buscando acicalar nuestro camino. Sublime el compartir fiel y genuino juntando nuestro espíritu paciente,  haciéndose el umbral tan diferente en medio del augurio matutino. Sentir bendito amor que nos conmueve obrando al horizonte sin censuras ni miedos que conduzcan al abismo. Vivir este presente que nos mueve, hacer de los azares aventuras y así multiplicar el optimismo.

No quiero amor que sea callejero ni busque en su utopía vanidad. No quiero amor basado en la crueldad que viva en un suplicio prisionero. Quiero el amor prudente y lisonjero, que crezca con nobleza y lealtad, que busque en el placer la voluntad de amar en su caudal lo verdadero. Que alimente con fe la dignidad y sea el más confiable compañero que tenga como base la verdad. Sublime en el hacer de su sendero sin sombras de egoísmo ni maldad, auténtico y cabal como escudero.  

Hoy llora para siempre lo querido mi humilde corazón que destrozado, se mira taciturno y defraudado buscando en el consuelo lo perdido. Jamás se sentiría arrepentido de haber sido tan fiel a su legado, quizás te pareciera equivocado mas siempre quiso ser correspondido. Es cierto duele mucho la partida, el ciclo que se cierra de repente y deja ese sabor a despedida. Tal vez no pudo ser más evidente ni supo ver el cenit de su vida, mas quiso así entregarse simplemente.

Las rimas y poemas que dejaron sus huellas hilvanando tanta vida, son himnos que en romántica estampida  hermosos sus arpegios resonaron. La lira y la emoción gratificaron la musa que coqueta y atrevida, osada, seductora y presumida miríficos sus sueños congregaron. Y dicen que entre notas y entre anhelos la magia del poeta en su algazara acoge lo valioso y lo genuino. Y dicen además que si callara el gozo del bohemio peregrino también se apagarían los desvelos. 

Latiendo en armonía corazones mirando al universo humanamente, haremos nuestro mundo resiliente pactando en el amor todos los dones. Vivir el desafío de opiniones, sentirnos vulnerables de repente nos hace ver el mundo diferente tomando con respeto decisiones. Sublime el abrazar con vehemencia aquello que nos hace más humanos teniendo como base la sapiencia. Uniendo nuestras mentes, nuestras manos, teniendo de antesala la paciencia seremos tan leales como hermanos.

Que acaso seas tú mi preferido también es mi deseo fehaciente, defiendo mi respuesta vehemente y ofrezco este suspiro contenido. Ya ves mi ser entrego con sentido, quisiera así vivir eternamente atada a tu osadía irreverente, sujeta a este amor incomprendido Y deja que susurren y repliquen, no importa que nos tilden de dementes que sigan murmurando y que critiquen. Seremos siempre más que suficientes dejemos que cuestionen y platiquen: ¡haremos nuestros mundos convergentes!

Inundan de placer sus fantasías los bardos con sus odas y romances, no importan los azares y percances derrochan sus inmensas alegrías. Regalan sus más tiernas melodías, acordes en magníficos balances que pueden superar todos los trances en medio de quebrantos o agonías. Sublime el compartir que desde el alma abraza la fugaz melancolía y puede descubrir sus primaveras. Iluso el trovador que tras la calma sutil en su más bella sinfonía, permite que despunten las quimeras.

Parecen el sonar de las cigarras el canto de mis noches de desvelos, las notas melodiosas entre anhelos imitan las tonadas con guitarras.  Y guardo los acordes en pizarras aquellas que atesoran nuestros vuelos y sé que en el presente de revuelos me tomas con tus versos y me amarras. Perdura aún el eco de aquel trino, la magia del instante con la lira cual bálsamo mirífico y divino. Yo sé que en el recuerdo me suspira el tono delicado y tan genuino y el canto que romántico delira.

Calmar y aminorar la senectud se siente en el ocaso de la vida, amando simplemente a la medida con alma, corazón y gratitud. Vivir cada momento a plenitud, creer en la verdad correspondida, humilde, responsable, convencida sin sombras que provoquen inquietud. Camino natural de decadencia, senderos de horizontes compartidos que siembran lo genuino en nuestra esencia. Los ciclos que sorprenden los sentidos, el tiempo inexorable en su existencia conducen a universos florecidos.

Te abrigas en mis brazos ya vacíos, desnudas los caprichos con tus besos melosos, indiscretos y traviesos perdidos en ardientes desafíos. No hay sombras ni dudosos atavíos que cambien los sentires que confesos, entregan sus pasiones sin excesos buscando amaneceres entre estíos. La entrega hace lo suyo encantadora vertiendo su placer irreverente tentando el corazón tan seductora. Y sabe del suspiro vehemente fogoso en la algarada que enamora queriendo eclosionar en su torrente.

Merece todo amor, también mi verso, la luna entre mis manos, mi delirio, las notas que refuerzan junto al cirio la alianza y el cariño más diverso. Merece la bondad sobre lo adverso, sanar las cicatrices del martirio, sentir en la fragancia de aquel lirio la fiel complicidad del universo. Vivir con la pasión de lo genuino, de aquello que jamás se desvanece y augura el derrotero y su destino. Amar la lealtad que se engrandece haciendo del andar nuestro camino, en tanto el sacrificio no envilece.

 ¡Qué grato disfrutar romanticismo! Llenarnos de su orgásmico desvelo, sentir que nos atamos al anhelo y al délfico pilar de su lirismo. Impronta que se acopla al virtuosismo se nutre de la musa en su revuelo, del frío o del dolor en cada duelo y escapa del rencor, del egoísmo. La lira emocionada no se agota, se yergue en demasía y nos cautiva dejando el alma plena en cada nota. Sublime es la razón que la motiva, mirífico el placer que la denota ilusa, impredecible y atractiva.

Una historia de amor, dulces flechazos de anhelos, de romances y de auroras, de instantes y miradas seductoras continuas en los múltiples abrazos. No hay puestos para dudas ni rechazos, la entrega es por completo sin demoras, el délfico torrente de las horas no entiende ni de sombras ni de plazos. Se siente en el requiebro del desvelo la magia de lo pleno y lo sublime obrando en su mirífico revuelo. El dulce sentimiento no reprime, se enfoca en alcanzar el mismo cielo gozando de esa luz que lo redime.

Acércate a mi lado, por ti mi alma estalla  tan solo con sentir el eco de tu risa, me inspiro en la beldad tan fiel que te detalla y abrazo esa ilusión que nunca se improvisa. Acércate por Dios, ya ves te necesito tan solo con guardar tu rostro en mi memoria, el gozo por besar tus labios yo lo admito y entonces he de andar prendida a nuestra historia. Acércate pasión, acerca ya tus manos te entrego el corazón gimiendo por caricias, tan solo estoy aquí te ofrezco mis veranos y el loco frenesí cargando sus delicias. Acércate a mis ojos, turbando mis sentidos te siento palpitar , revelas tantas cosas, te pido por favor desvelos concedidos y un loco amanecer con pétalos de rosas.