Señora adversidad
Señora adversidad suelta mis alas, no dejes que el cansancio me flagele, retira el laberinto que interfiere y aquello que lacera la confianza, pues sé que entre palabras se supera lo insano, lo arrogante e indolente, aquello que a la vida tergiversa cegando entre las sombras el mañana. Señora adversidad tienes mis manos asiduas artesanas de verdades, te pido que alivianes los azares y pueda desprenderme de lo amargo, bien sabes que no ansío la riqueza basada en la ambición y en vanidades, prefiero la humildad sin apariencias y así visualizar lo soberano.