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Mostrando entradas de noviembre, 2012

Flagela el corazón

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  Flagela el corazón la herida abierta errante del capricho que eclosiona, pendiente de la sombra descubierta se aliena en el abismo que traiciona. Y duele cuando sangra y se despierta la triste soledad que se fusiona, cual duda silenciosa que encubierta presume la porfía que lesiona. De ingrata necedad vive y ampara la noche tempestuosa en el preludio del sueño compartido en la algazara. Flagela con el llanto que profana y alcorza en el nostálgico interludio, genuina cicatriz cual filigrana.

Pudo mi amor

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Pudo mi amor enmudecer la brisa y al céfiro insinuar de iluso viento, al hálito intangible que de prisa acosa la ventisca en su lamento. Pudo alcanzar dilecto sentimiento en el frescor del aura peregrina, el amor sin clausura ni tormento que augura su algazara clandestina. Gozó mi amor la alianza diamantina de intenso trovador inquebrantable. Pudo el amor calmar la tremolina, ruidosa, confundida e intolerable. Albur del regocijo cuestionable que inspira en el terral su infiel caricia, avanza en el crepúsculo excitable que añora el plenilunio en su codicia. Pudo el amor saciar en la primicia del beso acrisolado tiernamente, pudo gozar el fénix de su albricia y el eco placentero confidente. Pudo el amor bohemio y consecuente vencer la solitaria despedida, pudo salvar hialino y esplendente su náufraga quimera prometida.  

Con la indemne esperanza

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  Con la indemne esperanza que libera desvelos floreciendo genuino y esplendente el azar, va surcando senderos y arbitrarios desiertos, espejismos de anhelos en lejano palmar. Con la indemne esperanza despojada de oprobios y palabras vacías de adversario rival, multiplican arpegios de ilustrados insomnios la añoranza bohemia que eclosiona en verdad. Con la indemne esperanza cobra vida el proverbio, dimensiona la aurora tempestuosa el umbral del errante horizonte que convida en silencio, al preclaro proyecto del osado caudal. Y conspira el retorno de un quijote indiscreto con la ufana esperanza de la luz cenital. Y en la exenta plegaria del arcano universo se liberan quimeras de la hostil soledad. Y consagra el nirvana del preludio del alba el rosicler destello cual relente de paz. Y aferrada e indeleble, sin mezquinas palabras va la indemne esperanza peregrina y vestal.  

Para mi amiga Sol Lora

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    ¡Felicidades Sol Lora ! Goza el cielo de palabras irisando la alegría, con el preludio de vida rubricando la esperanza. El desafío te atrapa entre versos que denuncian, las mentiras que clausuran la justicia entre falacias. Mientras versa la añoranza entre tus letras de auroras, que vitalizan la historia con tus huellas de monarca. Luz irradia la constancia de versátil peregrina, que enternece con la lira y subleva en su algarada. Tan caribeña que irradia el astro rey con su nombre y es el lucero en las noches que preconiza su acracia, liberando la alborada del capricho de los hombres. Y goza anárquica el alba que sonríe en su parnaso, y despiertan los ocasos sin azares de nostalgias. ¡Hoy asperge la algazara: con el sol de tu mirada!  

Escribo porque sí

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Escribo porque sí, profundamente indemne del perjuicio de otros tiempos, ilesa de mentiras que atropellan la utópica visión de mi universo, en tanto el florilegio de mi lira convierte el madrigal en sortilegio. Escribo porque sí, tranquilamente cual oda del versal sin cautiverio, ilusa en el adagio que se enerva e irrita ante el tapiz del hechicero, que oculta la arrogancia y la codicia y esconde en la ficción su desconcierto.  Escribo porque sí, precisamente romances en veredas o desiertos, apólogos cual sabias moralejas que inspiran alegóricos intentos, versando en su ancestral melancolía el Cenit del placer y el apogeo. Escribo porque sí musa impaciente inquieta peregrina entre los versos, ingenua confidente de las letras cual pléyade de epígonos bohemios, vestal de acrisolada melodía en délfico trinar de sus misterios. Escribo porque sí cuando amanece el alba rosicler en mi desvelo, si aún en la fugada primavera se aliena la quimera de ...

En la noche traviesa

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    Es díscola la noche traviesa entre deseos, indómito el aroma del numen que delira y en medio del silencio las dudas se disipan vagando la añoranza pletórica de anhelos. Rebelde se acicala la dama peregrina y alcorza en su diamante la luna que acrisola, en tanto la mirada cetrina y tentadora delata la romanza sublime que musita. Fugaces las estrellas dibujan filigranas de epígonos romances exentos de egoísmos y brillan como hogueras luceros de optimismo, traviesos cual candiles en noche de almenaras. La danza de las ramas desnudas con la brisa regalan la armoniosa vigilia ineludible, y hespérides del cielo se acoplan apacibles cual pléyades virtuosas de acrisoladas ninfas.  Y el álamo discreto sacude sus nostalgias mientras caen las gotas indemnes del estío. Y el ingenio impetuoso, del gélido atrevido acompaña la noche que asperge en su fragancia.

Canta el poeta

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Canta el poeta       Canta el poeta la magia y la desdicha y aciagos de un bohemio clandestino, fluye el caudal torrente del lirismo su acequia espiritual que se emancipa. Cantan palabras el eco de la brisa y el gris azar que emprende con su hastío, canta el andar de ocasos peregrinos la endecha universal que amor inspira. Canta la angustia su ingrata melodía y espera en el andén de su capricho, augurios del poema vespertino que asperge una quimera en sus enigmas. Canta la pluma dilecta sus albricias, desprende generosa el acertijo que irradia en el placer su regocijo y atrapa en el romance una caricia.   Canta algún sueño desvelos con la lira, emerge el horizonte en los motivos que abraza clandestino entre suspiros y alivia la nostalgia incomprendida. Canta el poeta la trova que no expira, su voz va pregonando el heroísmo de osada intrepidez cual compromiso que alcanza el universo en su utopía. ...

Junto al fresno del parque

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Junto al fresno del parque sentencio mi vacío, caen hojas del tiempo que efímero despide en alfombra dorada profanada de hastío, del veterano otoño cual temporal expide. Se desnuda el ocaso bohemio y atrevido cuando seca el declive la cobija de amores y han caído nostalgias ceñidas al quejido, de ramas indiscretas que crujen sus temores. La bruma emigra intensa y en el sitial sombrío del indolente tedio que consume en ausencia, la niebla se engalana gozosa al desafío, que aniquila en esperas la indócil confidencia. Algo de mi poema vitupera el capricho que deshonra el arrullo cual vendaval de agravios y en nefasta censura del incauto entredicho, compensarán las dudas ingenuos desagravios. Ya no espero aventuras de bergantes vacíos, de epígonos romances y apólogos versales que huyendo de altaneros ególatras baldíos, tapizan sus azares de ilusos madrigales.  

Elegía a mi abuela Estela ( Mamibela)

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Elegía a mi abuela Estela ( Mamibela)    En sueños todavía tu amor cubre razones y añoro tu presencia, tu luz y tu sonrisa, no siento que te has ido, esplenden tus caricias que diáfanas cobijan anhelos y ocasiones. En sueños y entre nubes alegras mis quimeras, consulto con la aureola inquieta de primicias y en el trinar divino de la empírea vigilia te siento tan cercana cuando brilla tu estrella. En sueños todavía me proteges abuela, compartes los pesares y alientas la almenara de intentos que no expiran en gélida alborada e irradian tu sapiente constancia cual hoguera. No hay páramos que alejen el nimbo que me arropa, alcorzando en mi alma la confianza prudente del preclaro sendero que apremiante converge y que ampara el camino disipando las sombras. Y te admiro en las rosas matizadas de auroras, en el fiel crisantemo y en la orquídea discreta que sembraron tus manos sin ocasos, ni endechas cual primores eternos que ponderan memoria...

Desafiando los abismos

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Va el errante de las letras cual duende haciendo senderos, cubre de atajos las penas sorprendiendo derroteros. Puja bárbara la historia en el camino su alianza, clama justicia y convoca a su prole flagelada. ¡Marcha indómito el errante desafiando los abismos! Y el patriarca de las sombras esplende haciendo caminos, sin cadenas opresoras ni moratorias de olvidos. No hay añoranza diezmada para el sueño peregrino, no se aliena en la nostalgia del atávico destino. ¡Marcha indómito el errante desafiando los abismos! Recurrente entre titanes lucha, resiste y se inspira en la razón litigante que entre anhelos se emancipa. Sigue el bohemio sin tregua tan sapiente en su albedrío, conspirando en sus proezas y retando en su periplo. ¡Marcha indómito el errante desafiando los abismos!  

Sumida en mi utopía

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      Sumida y abstraída en mi utopía andaba suspirando en sus arcenes, en tanto en el azar amanecía anhelos escapando a sus desdenes. Las hojas despedían suavemente el verde de esperanza en el ocaso y el gélido frescor plácidamente, mecía en sus primicias el fracaso. Y acá la alfombra de oro despedía aromas del otoño en sus placeres, en tanto con mi sueño yo esculpía epígono versal de amaneceres. Ventiscas de un preludio consistente cual hilos platinados del remanso, aspergen sus aciagos de repente y adagios que se alelan sin descanso. Incauto el horizonte en su porfía ingenuo cual travieso entre las hojas, difunde su inocente melodía cual notas de imprudentes paradojas. Inmersa en el vaivén de mi utopía tan crédula y absorta en la quimera, cautivo la frugal melancolía y atisbo en el umbral mi primavera.  

Y yo pensaba que era una santa

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    PARA RETO DE PILUCA CUESTA ‘‘IRÓNICA INFIDELIDAD’’ Y yo pensaba que era una santa Y yo pensaba que era una santa la dulce amiga que compartía, penas , sollozos, dudas, vigilias y el regocijo de la alegría. Yo que creía en la exigua oblata que en un santuario su fe ponía, sin sacrilegio ni apostasía la presumida, sin herejías. Toda mi historia yo le contaba, más que detalles en las primicias de aquellas galas que clandestinas, daban gozosas apologías. Cuando el bohemio beso entregaba en el orgasmo de las caricias, yo ponderaba cual peregrina santo el pecado: tierna delicia. Yo que estimaba que era tan santa la encopetada y sutil amiga, dio la sorpresa de loca orgía con el corsario de mis sonrisas. Y en buen concierto gemidos daba tan azarosa cual sinfonía, loco arrebato, romance y lira fueron testigos de sus ardicias.  

Retorna exhausta

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  Retorna exhausta beldad fingida tan consumida de agotamiento, que al fiero viento piedad suspira. Y en el ocaso llega rendida casi suicida su amor flagela, si se revela cuando agoniza. Azota el tiempo su despedida tan compungida que se consterna, en la caverna de su apatía. Sus alas tristes caen rendidas tan confundidas en la congoja, si se deshoja la infiel sonrisa. En su derrota conspira herida, sola y tullida sin más quimeras ni primaveras que la bendigan. Retorna exhausta tan conmovida sin atrevida razón traviesa, mientras confiesa cual paradigma: el falso enigma de la belleza.  

Amanece mi historia

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Amanece mi historia cual albur en tu vida, de nuevo en la mirada sonríen mis ardicias. Amanecen de nuevo las ansias y pericias plagiando en el romance su alianza compartida. No hay afán en la noche cuando el tiempo persiste y preludia el deseo su plegaria cautiva. Amanecen silencios en la aurora furtiva y acarician instantes la pasión que subsiste. Mientras tanto en las sombras de la endrina llegada azulada de aurora fugitiva y liberta, se sorprende al abrazo de la noche discreta entre antojos que invaden la insumisa alborada. Sin embargo hay concierto del trinar confundido de gemidos cansados delatando la magia, del insomne apogeo que enajena y contagia el presente donoso del orgasmo fundido. Armonía en la noche que ha tentado caricias y tu cuerpo me abrasa cual torrente encendido, en desvelo bohemio que al placer se ha rendido cuando asperge mi historia su romance de albricias.  

Se han de contar nostalgias

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    Se han de contar nostalgias del peregrino iluso que zarpó con el alba confiado en sus misterios, con la pluma apagada que sofocaba sueños atrapada en los muros del universo oscuro. Se han de contar pericias del bergante travieso con venablo en el alma para flechar el Delfos, en tierras de esperanzas bajo el primor de un cielo distantes de palabras y ajenas al silencio. Y dicen que añoraba los tórridos desvelos rosicleres de auroras en el turquí de espliegos, el estío segando quimeras entre versos en las veredas tristes del palmeral bohemio. Y cuentan que en la ansiada promesa su mirada quebrada en los aciagos, infausta en la alborada, buscaba en las distancias las palmas y almenaras y el tropical destello sidéreo en las montañas. Se han de contar razones, censuras migratorias de absurdas enseñanzas y oprobios que pregonan, epígonos caprichos de ufanos que deploran la libertad genuina que esplenden las auroras. Romántico genera nos...

Apresura su andar

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  Apresura su andar el final visionario, no hay alquimia capaz que detenga al testigo si se adueña el azar presuroso y amigo, desafiando el ritual que condena al calvario. Es letal el pesar de este tiempo corsario agotado de amar recibiendo castigo, tolerando el dolor de avatar enemigo que flagela la paz cual abyecto sicario. No será el corazón el frugal peregrino ni el proemio vital del carácter cetrino, si en la etapa final el rencor hace historia. Y el oprobio sabrá del sofisma sangriento fustigando rapaz la verdad y el talento, expoliando en su andar cual justicia ilusoria.