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Mostrando entradas de julio, 2015

Genuina creación

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Es más que un revelado privilegio el bello rosicler del sortilegio que impacta en el crepúsculo ingenioso. La magia del pincel genial y regio recrea lo magnífico y sublime loando la belleza de lo egregio. Genuina creación entre primores alcorza el esplendor de un florilegio y plasma su beldad sin artificios versando el horizonte en cada arpegio.

Vivir

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Gacela Esta composición poética, introducida por el poeta peruano Don Manuel González Prada, consta de diez o doce versos que pueden ser de ocho o más sílabas. Los dos primeros riman entre sí, repitiéndose esta misma rima en los versos pares hasta el final; el resto de versos impares, son versos sueltos. Esquema: AABACADAEA/FA Vivir Así como la brisa fugitiva rozando en el placer que me cautiva, libero esa esperanza amotinada. En tanto la sublime perspectiva vislumbra el desafío vehemente y expone su virtuosa tentativa. No importa la angostura del sendero ni el peso de la carga a la deriva, vivir no es claudicar ante el quebranto es honra en la excelencia que incentiva.

Quiero, fluye, muero, urge...

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Quiero alcanzar tu corazón, yo quiero; vuelo al besar mi inspiración, yo vuelo; siento un idilio loco, solo siento que al escribir mi alma desordeno. Fluye el amor sin rostro, solo fluye; luce el elixir del decoro, luce; dulce el placer sin egoísmo, es dulce al predecir el cielo entre sus nubes. Muero al pensar que tú te alejas, muero; anhelo el mar que irrumpe, solo anhelo mientras concibo el cenit con mis versos. Urge el intenso hacer, siempre nos urge; surte el ocaso entre mis letras, surte y un florilegio inspira con su numen.

Desde el alma

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No es simple despedida que agita marchitando, es solo un adelanto para alcanzar el cielo, brillar entre las luces de estrellas y luceros trinando desde el alma de eterno enamorado. Poemas en canciones loando mariposas,  un florilegio iluso guardando sus tesoros, historias de esperanzas, de amores tempestuosos entre arpegios sublimes de musas y de notas. Al emprender el vuelo tus alas eclosionan,  el talento impregnando su ilusa filigrana, estela de emociones en diáfanas batallas vistieron entre sueños quebrantos y victorias. Aún la melodía se aferra a su guitarra su espíritu divino trasciende las fronteras, en versos las cascadas de anhelos dejan huellas  de tanta fortaleza tatuada desde el alma.

Pues la vida es eso

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Pues la vida es eso, superar abismos secarnos el llanto y empezar de nuevo,  no importa el fracaso y el quebranto intenso cuando la esperanza es más que espejismo. Recorrer espacios, darle tiempo al tiempo no rendirnos nunca aunque gris sea el cielo, vencer mil censuras, romper atavismos encendiendo el alma con brío y denuedo. Compañera ilusa en las primaveras tan leal que infunde periplos y riesgos y es en el ocaso y en el crudo invierno quien fiel acompaña a ese amor que espera. Pues la vida es eso, cosechar renuevos, aliviar  abrojos, compartir desvelos, si acaso en el cenit de tantas quimeras se alcorzan legados anidando sueños.

Más allá de un artilugio

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Detenernos en los instantes precisos, saborear la ambrosía de un detalle, descubrir que en todo lo que florece y en todo lo que se marchita, vive el milagro del amor. El ciclo misterioso de la vida que no minimiza el tiempo, ni lo cuestiona, solo es su compañera inseparable, que mitiga la soledad y pondera la belleza del alma, esa que en medio de la sencillez, es capaz de mirar más allá de un artilugio con pasión y entrega. El tiempo nos atrapa con su brío  certero en el dolor o en el silencio,  conoce del azar y su misterio  en tanto nos invita al desafío. El tiempo retador hace caminos,  espera del amor tierna conquista, se goza misionero, optimista  y etéreo entre horizontes peregrinos. El tiempo no se agota en lo vivido, es sabio talismán que no claudica y en medio del vacío fortifica si esplende en el renuevo florecido. El tiempo no enajena la sonrisa y abraza con denuedo en el hastío. Renace acrisolado en el estío y el trino perpetuado de la b

De sueños osados

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De sueños osados e ilusos caminos, estrechas veredas, angostas pendientes, de instantes gozosos , nostalgias crecientes haremos senderos en montes genuinos. De azares sagrados y pactos divinos, alianzas del alma que alcorzan quimeras, como en tantas albas de fieles esperas millares de anhelos superan abismos. Leal la esperanza junto al optimismo, se enriquece plena se hace evidente tachando el pasado, viviendo el presente, sin la mancha impura del cruel egoísmo. Del amor que infunde su protagonismo se harán barricadas de fe y de confianza y no habrá cabida para la venganza pues la vida es eso, superar abismos. Si asoma el flagelo del escepticismo negando la esencia del supremo hacer, la verdad trasciende con fuerza y poder con su vehemencia y sin despotismo. Que el decoro escrute su protagonismo, que no cierre puertas y escriba su historia con la soberana pasión que en victoria transforma los sueños e ilusos caminos.

Tiento al amor

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Viento que azota mi esperanza, viento; brisa del alma que sostiene, brisa; visa que emigra en el silencio, visa; tormento insomne en el dolor, tormento. Intento sabio del idilio, intento; irisa el alba al despertar, irisa; clisa a relieve una añoranza, clisa; atento infunde vehemencia, atento. Precisa así mi corazón precisa; presiento ilusa lealtad, presiento; avisa intensa la verdad, avisa. Exento el gozo en el placer, exento; deprisa impetra el despertar, deprisa; tiento a tu amor: con frenesí lo tiento.

El néctar del suspiro

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Mis labios de tus besos ya bebieron el néctar del suspiro sublimado,  el gozo del edén idolatrado su délfico placer reconocieron. La noche y la esperanza convergieron en medio de un delirio consagrado, fluyendo en el elixir revelado el éxtasis que juntos prometieron. El cenit cual magnífico apogeo  irrumpe en su frenética locura y escala hacia la cima del desvelo. Se escucha en el vigor el balbuceo cual eco de una entrega sin mesura que inspira el surtidor del fiel anhelo.

Por sueños amanecidos

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Por amores convencidos en tantas noches de luna, por la sublime fortuna de vergeles florecidos. Por sueños amanecidos entre décimas y retos,  por acertijos, secretos que hilvanan melancolías y anhelos en poesías cual divinos amuletos. Así vislumbro desvelos, rosicleres y horizontes, dibujo los verdes montes aliviando desconsuelos.  Viviendo todos mis duelos entre acequias de añoranza, nutro el alma de esperanza con mis silencios infusos  de crepúsculos ilusos  divagando en lontananza.