Entre huellas
Al sueño no le niegues la sorpresa de verte sin penumbras ni espejismos, si acaso en la obsesión de mi delirio augura la pasión sin penitencias. Perpetua y lacerada va la rosa sangrando ante el dolor de aquella herida, punzante ante la absurda despedida bohemia se inmolaba nuestra historia. Al beso no le niegues lo sublime la entrega de lo iluso en el silencio, si acaso fue el crepúsculo discreto testigo del ocaso irreversible. Colgando lleva el alba sus quimeras, presume rosicleres atrevidos de tórridos instantes encendidos que esplenden vehementes entre huellas.