El tiempo del amor
Ansioso en la utopía alucinada
descubre un nuevo sueño que conspira,
infunde al horizonte en la vigilia
azares caprichosos e irredentos.
Abraza desde el alma su universo
la impronta en desafiante sacudida,
se impone contingente y sin malicia
atado a la verdad que no se espanta.
Y eleva su confianza sin lamentos
seguro en su leal peregrinaje,
cual firme confidente inigualable
que enciende su almenara entre las sombras.
Revuela en el estío silenciosa
la musa entre sincréticas deidades,
comulga en el arpegio de los mares
en tanto se emancipa en el silencio.
Ilusa la virtud que no pregona
codicias ni arrogantes desempeños,
si busca en la humildad el complemento
y acepta sabiamente en la esperanza.
Espíritu de andar sin asechanzas
aún en la oquedad de los desiertos,
el tiempo del amor vence los miedos:
¡es libre en su albedrío y no aprisiona!
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