Vino breve y fugaz
Vino breve y fugaz, sin tropiezos divinos en la brisa sutil cuyo anhelo revela. Vino frágil quizás, pero nunca vencido apartando el tal vez y la absurda sentencia solo presto y vital, sin censuras ni mitos. Vino breve y fugaz, sin ningún sortilegio, el adagio escuchó en las rimas traviesas, no buscó en el vergel, solo hurgó en el silencio, contempló en su mirar el brillar de la estrella que eclosiona al amar sin pedir privilegios. Vino breve y fugaz en la umbrosa quimera. Vino intacto a beber del torrente que inspira sin siquiera anunciar ni augurar su presencia, solo tuvo el honor de besar la sonrisa junto al trino cantor que entre montes se empeña. Acercando el vergel al divino remanso, inefable el poder del perdón recupera. Vino breve, al azar sin codicia ni llanto solo quiso abrazar con sus alas viajeras el desvelo frugal que encadena el ocaso.
Un te quiero, es el amanecer del alma en el suspiro sublime del amor.
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