Eterno héroe de mis tiempos.
Mi eterno amor para todos los tiempos.
Tiempo que multiplicastes cada día sin el enfado del desgaste de tus horas, en cada espacio caminado junto al mío. Épico, glorioso y legendario tiempo con el desafío penitente de las dudas y los deseos ancestrales de alcanzar al mundo a través de tus ojos y de tus aciertos.
El imposible nunca existió en ese tiempo de lunas y de amaneceres, de estrellas desveladas y días entre sombras. Todos y cada uno de mis sueños florecían en realidades encantadas, con la fragancia y el estilo de mi héroe, ese que jamás se rendía en las batallas, altruista y ejemplar en cada hazaña, elocuente y justiciero en la palabra, con el don desbordante de un talento que impregnabas en el núcleo de mi alma.
Tiempo que multiplicastes cada día sin el enfado del desgaste de tus horas, en cada espacio caminado junto al mío. Épico, glorioso y legendario tiempo con el desafío penitente de las dudas y los deseos ancestrales de alcanzar al mundo a través de tus ojos y de tus aciertos.
El imposible nunca existió en ese tiempo de lunas y de amaneceres, de estrellas desveladas y días entre sombras. Todos y cada uno de mis sueños florecían en realidades encantadas, con la fragancia y el estilo de mi héroe, ese que jamás se rendía en las batallas, altruista y ejemplar en cada hazaña, elocuente y justiciero en la palabra, con el don desbordante de un talento que impregnabas en el núcleo de mi alma.
No hubo orgullo tan grande en mi universo,
que el sentir la presencia de tu tiempo,
ese espacio relevante de episodios
que recreo en el espectro de mis sueños.
Tú mi héroe en el eterno desconcierto,
que el amor fue contruyendo en los senderos,
de mi vida cortejada por la lucha
y el sacrificio intransigente de tu aliento.
Jamás el abandono fue la esencia
de la etérea soledad desamparada,
tu brazo y tu paciencia siempre alertas,
apoyando los periplos de mi alma,
aún con dos retoños que llegaban
para dar nuevo incentivo a tu mirada.
Eterno amor, sin honores ni argumentos
que se abstraigan del poder de tu palabra,
la sabia predicción de tu nobleza,
y la hidalguía consecuente de esta alianza,
que pactaba generosa en su conciencia
con tu tiempo,con mi espacio y la añoranza.
No hay palabras que conspiren con el tiempo,
el deseo se extrapola en la nostalgia,
y mi amor de confidencias y de pláticas,
está lejos, pero en sueños aún me habla
con egregias reflexiones de su tiempo,
que no mueren ni marchitan su fragancia.
Evocando en cada estrofa de mis versos
el caudal de amaneceres que engendrastes,
eres papi eterno héroe de mis tiempos
y genuino defensor de mis azares,
filantrópico, emprendedor de retos nuevos
desafiando los dolores en cada lágrima.
Bello Aimee....como siempre...simplemente hermoso..!
ResponderEliminarBendecido ese señor por haber engendrado una diadema, esa joya que eres tú, divina y llena de emotividad.
ResponderEliminarHERMOSO TU BLOG
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