Y es el tiempo divino
Y podamos entonces perseguir la quimera
con las alas abiertas sorprendiendo el azar,
entre tantos anhelos, resolviendo la espera
con el eco del alma retumbando su amar.
Y entre tantos desvelos la mirada primera
la que justa se entrega con su nuevo bregar,
con los sueños alados por la fiel mensajera
que la musa traviesa sólo pudo inquietar.
Se arrasó en el silencio, la algazara ya es plena
y el lirismo encendido se impregnó vehemente
mientras tanto la vida del amor se encadena.
Y es el tiempo divino quien bendice el presente,
el que escribe la historia solidaria que llena
los espacios vacíos del andar inminente.
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