En el surtir de su revuelo


La musa nos contagia con su risa,

traviesa no escatima ningún sueño,

se esmera con sapiencia, con empeño

en tanto entre avatares improvisa.


Hechiza su versar cual pitonisa,

radiante nos presenta su diseño:

¡hermoso florilegio del ensueño

que alcanza esa verdad fiel y precisa!


Tan diáfana, brillante y peregrina

transita y se alimenta del anhelo

trayendo en su caudal la voz genuina.


El eco primoroso del desvelo

encanta junto al alma que divina

se entrega en el surtir de su revuelo.


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