El soplo de ese amor
El soplo de ese amor que ha inspirado
conoce de su esencia y lo presume,
conspira junto al alma y no confunde
pues sabe del secreto de sus manos.
Gentil el alfarero diestro y sabio,
aquel que se enamora del momento,
que busca intensamente en los silencios
y encuentra rosicleres entre penas
dejadas por el tiempo y sus secuelas
que ilusas se alimentan de recuerdos.
Bendito es el suspiro del intento
tan cálido y veraz en su ambrosía
que emana junto al néctar que da vida
gozando del placer en su desvelo.
Propicia desde el tórrido deseo
el arte de crear que multiplica,
que impulsa, satisface y beneficia
al mundo del milagro que amanece
rompiendo los esquemas que entorpecen
y haciendo que la fe brille encendida.
Se surte de las páginas escritas
que siguen matizando sus deslices,
con mágicos pinceles que se visten
de sueños estampados con sonrisas.
Sublime el paraíso que eterniza
buscando perpetuarse en la memoria
nutriendo cada espacio con historias,
que fluyen melancólicas y tiernas,
vitales entre azares y querellas
genuinas, sorprendentes y virtuosas.
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