Junto a la mirada ilesa
La sonrisa más traviesa,
la que entrega su desvelo
y la que surte su cielo
junto a la mirada ilesa.
Comparte la fiel promesa
con el candil de algún sueño,
gratificando el empeño
que ofrece cada mañana,
el rocío en la ventana
que amanece como dueño.
Amanece como dueño
y nos deja su alegría,
impone la simpatía
con su donaire risueño.
Se muestra siempre halagüeño
transformando en primavera
mientras bendice la espera
de un amor que siempre osado
se revela apasionado
y esplendente en la quimera.
Esplendente en la quimera
un arcoíris de anhelos
disipa todos los celos
sin censura ni frontera.
Como si la vida diera
la oportunidad segura,
de alimentar la ternura
con los colores del alma
que infunden la paz, la calma
sanando toda amargura.
Sanando toda amargura
va despertando la aurora,
nos bendice nuestro ahora
y despliega su hermosura.
Va consigo la frescura
del rosicler mañanero
que augura ser mensajero
de lo auténtico y genuino,
lo esencial, lo cristalino
que inspira el nuevo sendero.
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