El poder del amor
El poder del amor no se esconde en los labios
ni en el regio jurar de un secreto guardado.
El poder del amor no se esconde en fracasos
ni en frustrados intentos ni en soñados abrazos.
El poder del amor reconoce la espera,
no quebranta ni humilla, no desgarra ni quema
y agradece el poder compartir su belleza:
al mirar desde el ser la verdad que nos besa.
El poder del amor no es cegar la nostalgia:
es sembrar la ilusión con la tinta del alma,
es silencio en las noches, es la magia del alba,
es decir con los ojos lo que ahogan las ansias.
El poder del amor no es mezquina promesa
es el genio de dar la virtud en la tristeza,
no se engaña, no miente escalando quimeras,
no se esconde entre sombras de utopías siniestras.
El poder del amor no es cuestión de tratados,
es sentir el vibrar que atesora un remanso,
el oasis divino, palmeral sin quebrantos,
que perdona y concilia, que libera sin tratos.
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