Como dama centinela
Atrapada en la pintura
estará la primavera,
con el versar de quimera
y el pincel de la ternura.
No escuchará conjetura
porque conoce el encanto,
que puede aliviar el llanto
y despojarse de penas,
cuando al romper las cadenas
se libera del espanto.
Es cierto que habrá rocío,
arúspices y alboradas,
serán intensas miradas
las que rellenen vacíos.
Mientras se esfuma el hastío
y el lienzo muestra su esencia,
la diamantina presencia
de la peregrina osada,
escuchará la llamada
con la sutil confidencia.
Y aceptará la contienda
en el primor de los valles,
cuando ansiosos los detalles
condicionen la leyenda.
Orgullosa y estupenda
lucirá de su ropaje,
se extenderá en el paisaje
su pasión cual acuarela,
como dama centinela
con rosas en su ramaje.
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