Romance del mar.

  
 
El mar  le acariciaba en su romance
la tibia  palidez de la inocencia,
cual hálito sereno que profesa,
el púdico frescor de su donaire.
 
 
Murmullos de las olas intrigantes
que dejan las camelias de la espuma,
lisonjas luminosas como musas
pueriles, inocentes, susurrantes.
 
 
Es piélago de hechizos y bondades
el mar de caracolas y deidades
y aroma del salitre que enamora.
 
 
Arúspice el halago y la armonía 
de estrellas marineras en la orilla
cual perlas de la aurora que apasiona. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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