Haciendo primaveras del ocaso
Sin miedos ni enredados acertijos
me acerco a lo cordial sin titubeos,
han sido tan enérgicos los ruegos
y el eco del amor entre suspiros.
Caprichos con silencios compartidos
en medio del oasis de palabras,
imponen sus enigmas, su abundancia
tan sólo acariciando una sonrisa,
aquella que despierta en su porfía
se entrega al albedrío en su algazara.
Y entonces cruza el alma la frontera
no hay muros que sofoquen su aventura,
supera la obsesión de tantas dudas
y enfrenta la maldad desde su esencia.
Responden la osadía y la entereza,
es hora de anular los desengaños,
de actuar con la verdad dando su espacio
al tiempo que es el máximo testigo,
que infunde lo valioso y lo genuino
haciendo primaveras del ocaso.
Comentarios
Publicar un comentario