Con su mirada temprana
Una décima me inspira
con su mirada temprana
y esa belleza que emana
con el trino que suspira.
Y es el encanto que admira
la emoción que fluye intensa,
la divina recompensa
que desde el alma atesora
el despertar de la aurora
desvelada, fiel e inmensa.
Desvelada, fiel e inmensa
anda la musa dorada,
con su pluma acicalada
y el versar que la compensa.
Junto al trino en su despensa
hay acordes adorables,
memorias inolvidables
para cantarle a la vida
su romanza preferida
de anhelos interminables.
De anhelos interminables
voy matizando el sendero,
junto al más fiel escudero
con sus tonos admirables.
Desafíos incansables
emergen con osadía
y ofrecen su lozanía
con decoro y con certeza
y con la noble belleza
que supera la porfía.
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