De repente



De repente el anhelo emergió sin mesura,
quiso asirse a la vida en su loca algazara,
al exceso vital como si levantara
la energía crucial con su fiel vestidura.

No hubo muerte precoz ni vejez prematura
y el anhelo ascendió como si se aclarara,
el espacio de luz cuyo oasis besara
el misterio capaz de la bienaventura.

Y hubo amor, hubo luz y ternura suprema, 
 el desvelo intuyó sus caudales de azares
para luego obsequiar su preciada diadema.

De repente también surtirán avatares
en la nota final del mentado dilema
atinando a su historia entre tantos pesares. 




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