Todo fue un sueño.

Mira el reflejar de su silueta en el espejo inundado de tantas lágrimas. Parece un manantial claro y solemne, cuando aprieta enternecida la mirada y esa rosa que languidece en su presencia , cobra brillo en cada pétalo que extraña. Allí está él, poeta de recuerdos, amante de palabras salpicadas , irrumpiendo su silencio y sosteniendo la energía desafiante en su mirada. Las preguntas que volaron sin respuestas, no se apuran ante el fulgor de aquel abrazo. Y los besos se divierten entre cascadas de suspiros ondulantes con los cuerpos y el latido de las almas.
Entonces una hincada lacerante de la espina, la sorprende. La rosa marchitada, ya sin brillo encona el dolor en su garganta y ella se incorpora pálida - débil; y no ve ya ni el reflejo de su cara.
Donde está?...
Todo fue un sueño, no existe nada,
solo el manantial claro y solemne
que guarda cada lágrima apagada;
si los pétalos cansados languidecen
y no hay brillo ni susurro de palabras.
Ahí se queda con el blanco de su velo
y la espina que ha sangrado su nostalgia,
casi inerte entre silencios que suspiran
deshojando cada pétalo en cascadas,
aún esperan al poeta de aquel sueño
que extasiaba su silueta en la mirada.
Comentarios
Publicar un comentario