Osada en noche de estrellas
En el silencio que arcano regala noches de estrellas
y en el endrino infinito de las límbicas doncellas,
el céfiro que murmulla sus delicias cual nirvana:
arrullando va en primicia una romanza temprana.
Ponderando va el amor que entre sombras no claudica,
cuando las dudas trascienden el límite que rubrica
memoria del pergamino que guarda en noche de enigma,
sentencia de aquel capricho que en ascuas tatuó su estigma.
Estigma de una mirada que rijosa me cautiva
siempre sedienta extrapola los guiños de una misiva,
cuando plagia en mi horizonte tembloroso en la velada
una caricia lasciva cuando me entrego tentada.
Tentada en libre albedrío y osada en noche de estrellas
comparto el deseo mío presagiando las centellas,
si el cenital apogeo que en el gozo me succiona:
se desborda en la cascada si tu romanza eclosiona.
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