Ante lo incierto


Empeñaste tu palabra aquella tarde,

fue tan triste la respuesta del silencio

y el cansancio que humilló nuestro secreto

condenaba nuestro idilio en un instante.


Prometiste tantas cosas, inmolarse

si el amor lo precisaba en su misterio,

mas la vida ensortijó los derroteros

cuando sola me quedé sin importarte.


Y fue tanto mi dolor ante lo incierto,

que el camino transigiendo en su aventura

alertaba la obsesión del desconsuelo.


Fue la inútil despedida sólo un juego

que el destino anticipaba entre sus dudas

y no quiso asimilar tantos desvelos.



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