Cuando el insomnio parpadea
Insomnio que alimentas mi desvelo,
miríadas de imágenes que fluyen
que llegan en su raudo desenfreno
dejando desafíos entre luces.
Vigilia que desata la costumbre
en medio de lo ríspido y lo oscuro,
enigmas que castigan los minutos
en tanto vitupera en el cansancio,
el íntimo espejismo solitario
que huye de la injuria y del insulto.
Entonces confabulan los anhelos,
las tantas añoranzas desprendidas,
celosas perpetúan el silencio
aquellas que causaron mil desdichas.
Se apega a la nostalgia vitalicia
que incauta en su imprudencia desespera,
en tanto en su revuelo la conciencia
precisa solazar al galicinio
pues ama el rosicler en lo divino
aún cuando el insomnio parpadea.
Las letras se atropellan en el ruedo
enfrentan sus verdades desveladas,
prefieren asumir el florilegio
y hacer que reverdezca la esperanza.
Osado el laberinto que propasa
la aurora en el intento que blasona,
en tanto la ansiedad se desempolva
y asume su rescate tempestuoso
tratando de aliviar todo el insomnio
que augura amaneceres sin demora.
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