En su peregrinar
Me enamora el trinar de aquel verso,
el que pudo vencer la nostalgia
y el que supo alcorzar con su magia
el arpegio que hilvana el pensar.
Es revuelo de notas que dejan
filigranas preciadas de anhelos,
se alimentan de fieles desvelos
que embellecen su paso al andar.
Cual cascadas de luces genuinas
arrastrando sus tantas quimeras,
arrojadas, audaces, viajeras
van las musas surtiendo al azar.
Ellas son caprichosas, resueltas
tejen sueños con sus acertijos
desenredan tantos entresijos
complaciendo el tintero al versar.
Y eres tú poesía que alivias
mi cansancio, mis culpas, mis penas
me liberas rompiendo cadenas
y motivas el arte de amar.
Sabes tú de lo mucho que inspira
lo sublime de tu florilegio,
bendecido por el sortilegio
del poeta en su peregrinar.
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