¿A quién decirle basta?



Mutilan las cascadas de sueños entre balas
misiles inconscientes cegando la alegría
y allí entre los sollozos, el pánico y la ira
anhelos destrozados sumándose a la nada.

El ímpetu del viento con ráfagas desgarra,
hay gritos, hay espanto, lamentos que aniquilan
y en medio del suspenso quimeras en  vigilia
condenan  la indolente soberbia que nos marca.

¿A quién decirle basta? Ya queman las palabras,
se esfuman los pedidos en  las sombras impías,
preciso es encontrar sosiego en la  justicia 
sin tantos intereses mezquinos que amenazan.

¿Por qué vivir la angustia, por qué enterrar mañanas?
Si horizontes reclaman el poder de  la vida,
empinar el milagro del amor que se inspira
disfrutando el tesoro de abrazar la esperanza.







Comentarios

  1. Lo ocurrido en la Escuela Secundaria de Florida ha sido devastador. Pero quizás sea porque se le ha impedido la entrada de Dios en las Escuelas y se le dio la Luz Verde al Diablo.

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