Mientras el ocaso
No será la apuesta quien rompa el secreto
ni será la causa de la despedida,
pues del universo la quimera henchida
tejerá la cuerda que conduzca al reto.
Dicen que algún ángel presenció discreto
la entrega preciada del alma elegida,
que bendijo el aura de la fe encendida
y atisbó el milagro que asomaba inquieto.
Añorado encuentro que el placer trasciende
deja con su encanto melodioso arpegio
mientras el ocaso cenital se extiende.
Cuentan quienes vieron aquel sortilegio
en la ilusa noche cuya luz sorprende
que el aire gozaba de ese privilegio.
Buen soneto dodecasílabo en su forma y en su fondo nos crea ese desglose del verso en su respiro, felicitaciones por cultivar poesía clásica...
ResponderEliminar