Cuando el alma trasciende
Eclosionan caricias las miradas cruciales
surtidoras de anhelos, inspiradas de estrellas,
extendiendo horizontes en las diáfanas huellas
desafiantes ilusas de celestes umbrales.
Y se siente el adagio cautivante del viento
ululando entre rocas y colinas perversas,
retador de utopías, de quimeras confesas
en el cenit que abraza caprichoso el intento.
Culminante atavío desvelado de antojos
que armonizan conciertos en la intensa apertura,
arrebola el destello y adoniza la albura
confinando la alquimia censurada de abrojos.
Delatora sensible del romance que esplende
atrapando sonrisas del azar indiscreto,
confidente y divina cual virtuoso amuleto
que atesora miradas cuando el alma trasciende.
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