Anticipa el ocaso




Cuando el céfiro danza su romanza
entre notas que alienan entresijos,
se desvelan frugales acertijos
y discretos arpegios de añoranza.

Cuando nace en el tedio la esperanza 
cual asceta misión sin escondrijos,
los anhelos soñados y prolijos
se vislumbran virtuosos, sin venganza. 

El danzar de la brisa que enternece
y enajena el primor en su murmullo, 
acaricia genuina y sutilmente.

Con el eco el adagio se estremece
 y el cantar de nostalgia con su arrullo,
anticipa el ocaso simplemente.


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