Es el beso
Besa el lirio del recuerdo una quimera
más allá del pensamiento y la añoranza.
Junto al céfiro discreto cual romanza
la algazara del placer fluye hechicera.
Peregrino el rosicler de primavera
que extrapola su candor en la confianza,
mensajero del pretérito se afianza
y perdura en la ilusión que persevera.
Besa el fuego la utopía del desvelo
y el insomnio del amor cual laberinto,
se confunde embelesado en el instinto
y en el loco desatino del revuelo.
Es el beso del primor en la espesura,
de caricias y miradas tentadoras,
confesiones que tremolan las auroras
presagiando la pasión y la aventura.
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