Padre mío
Las palabras se entrecortan con mis letras
al versar prosas rimadas por la vida,
se emocionan cual preludio de nobleza:
cuando anhelo padre mío tus caricias.
Te respeto y te venero en mi nostalgia,
te presiento siempre atento y sin lamentos,
cuando alcanzo mis recuerdos de añoranzas
y predicas la constancia con tu ejemplo.
Las palabras se engalanan con tu nombre,
verbo amado de altruismo y de elocuencia,
se emocionan con mi héroe y con el hombre:
quien no ahogó con el dolor su inteligencia.
Yo te admiro padre mío por tus dones:
por la intensa sencillez que no se dobla,
por la franca lealtad de tus acciones
y la austera integridad que no traiciona.
Siento orgullo del talento de tu honra,
de la justa rectitud de tu conciencia,
del honor, de la virtud que se corona
con la casta integridad de tu presencia.
Padre mío te venero con mis letras
y es difícil evocar en poesía,
el decoro de tu amor que no se quiebra
por la cumbre del cansancio de la vida,
dibujando mi sonrisa entre la niebla:
cuando dices hija mía, eres mi dicha.
Las palabras hoy consagran la elegía
que ponderan la humildad de tu modestia,
se emocionan padre mío con la lira:
cuando añoro tus caricias entre mis letras.
Desde la distancia que nos separa, para tí papi, todo mi amor de hija.
Desde esa distancia de dolor inalcanzable,a ellos les llega el amor inconmensurable,y se enorgullecen de las semillas que plantaron y que van creciendo en amor,amor,amor.Sólo quedan las maravillosas letras,donde nuestro dolor en algo se disipa y a los que están en esa distancia engrandecen.
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