Con su impronta inigualable
Con su impronta inigualable
y en el umbral del estío,
deja estelas de rocío
a su paso inexorable.
Desafiante en su albedrío
de guerrera ineluctable,
con su sapiencia imparable
fecunda el sueño baldío.
Es arrebato en su ESENCIA,
suspiros, placer, desvelos,
los más genuinos anhelos
acompañan su presencia.
Siempre osada en sus revuelos
troquela cada experiencia,
con ahínco y vehemencia
cincelando sus señuelos.
Impávida, confidente,
muchas veces misionera,
cuando alcorza cada espera
siempre diáfana, indulgente.
Ensalza la primavera
en el ocaso incipiente,
siendo la fiel confidente
que pacta justa y certera.
Prendida vas con las musas
entre azares y veredas,
vas orlando rosaledas
en las pendientes difusas.
A la falacia emparedas
sin escuchar más excusas
y entre tus notas ilusas,
POESÍA: ¡Tú me hospedas!
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