Un Desafío


¡Cuántas veces te he retado verso mío!

¡Cuántas noches sigilosas entre aciagos

he vencido al pensamiento sosegado,

entre azares caprichosos confundidos!

¡Cuántas veces me has hablado en el rocío!

¡Cuántas noches de placer en tus halagos

has vertido el manantial incontrolado,

en la acequia de suspiros encendidos!


No lamento el frenesí de mi delirio

ni la loca exaltación del desconcierto,

sólo absorbo el arrebato, el desenfreno

que alucinan entre anhelo y desvarío.

No me insulta el apogeo de un buen cirio

ni el rezago de un espíritu liberto,

sólo abrazo intensamente lo que es pleno

mientras tienta en su algazara un desafío.



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