Cascadas de Luces: Ven Amor.: Ven amor , que inspiras mis enigmas, cual mágica virtud de tu sonrisa. Ven amor, anclada está mi alma si acaricia, la noch...
Señora adversidad suelta mis alas, no dejes que el cansancio me flagele, retira el laberinto que interfiere y aquello que lacera la confianza, pues sé que entre palabras se supera lo insano, lo arrogante e indolente, aquello que a la vida tergiversa cegando entre las sombras el mañana. Señora adversidad tienes mis manos asiduas artesanas de verdades, te pido que alivianes los azares y pueda desprenderme de lo amargo, bien sabes que no ansío la riqueza basada en la ambición y en vanidades, prefiero la humildad sin apariencias y así visualizar lo soberano.
Llegas a mí, de musa consentida la dueña de mi osado atrevimiento el brío de la tinta que me inspira y arrojo del versar en mi destierro. Llegas a mí, nodriza que se asila frugal en la oquedad de mi universo dadora de esperanzas, tan genuina cual égida que ampara sus misterios. Llegas así, de ilusa golondrina que emigra quijotesca entre los versos cual Venus del Olimpo que acaricia la lira que rubrica su denuedo. Llegas vital locura de las rimas y anáforas del éxodo bohemio de letras que alucinan despedidas y el céfiro placer aventurero. Vives en mí, virtuosa poesía el numen que hipnotiza cual espliego dilecto romancero de caricias besando los arcanos sortilegios. Llegas a mí, de musa consentida la dueña de mi osado atrevimiento. Vives en mí, virtuosa poesía besando los arcanos sortilegios.
Tus zafiros encerrados con cerrojos libraremos del osado desconcierto, de azaleas vestiremos el desierto y un oasis nacerá sin más abrojos. Los geranios brillarań entre sonrojos y con orlas de azucenas nuestro injerto, dará rienda de emoción sin desacierto porque un sueño ha trascendido sus herrojos. En el arca del amor vive el desvelo y el sublime surtidor de la ambrosía que hermetizan los idilios imborrables. Y no hay reja ni entrenudo en este anhelo que detenga a la sublime poesía, ni al elixir de unos sueños inefables.
Donoso con su andar en despedida segando sus misterios con donaire, garboso resplandece con desgaire y abriga la amapola resentida. Garboso resplandece con desgaire, airoso con la gracia resplandece y acequias del estío que fenece refugian sus aromas con socaire. Y acequias del estío que fenece conspiran el azarbe cual cascadas, despiden las azules alboradas y ostentan el ocaso que amanece. Despiden las azules alboradas de espliegos florecientes cual revuelos, las mágicas albricias y desvelos de noches ladronzuelas conspiradas. Las mágicas albricias y desvelos, crepúsculos celestes consentidos confinan los amantes bendecidos: traviesos clandestinos entre anhelos.
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