Cascadas de Luces: Del Cobre y el Turquino: Te siento en la ventisca de fárragos desvelos, refugio de silencios y lágrimas de anhelos. Es tu manto de estrellas Señora soberan...
Y no sean las lágrimas del cielo quienes rieguen amor entre cadenas, las que lloren silencios entre penas y sientan el clamor en su revuelo. Solo sean las hojas del anhelo quienes limpien las llagas de condenas, las que impriman verdad en sus faenas y escudriñen la vida en el desvelo. No sea la pasión que se precisa la que ignore versares con locura mientras fluye nostálgica la brisa. No sea el seductor en su premura, el bohemio que esconde una sonrisa del alma surtidora de mesura.
La vida me regala una sonrisa si atrapo entre mis sueños sus quimeras, la vida me regala sus promesas besando entre mis letras su utopía. Regalo que amanece cada día en cumbres desafiantes y proyectos, en diáfanas mañanas consentidas ó en sombras del crepúsculo desierto. Más siempre es despertar entre las rosas el vástago universo de los sueños, buscando entre el pasado de memorias, los pétalos callados en mis versos. La lira que me alcanza con su magia atrapa el universo entre mis dedos, la pluma del cansancio y la añoranza cual piélago profundo de secretos. Más siempre el corazón clama virtuoso el frágil suspirar de su aforismo y fluye en las cascadas silencioso, surtiendo sus adagios de lirismo. La vida hace su ofrenda cotidiana y reta en los azares del destino, albur del regocijo en la esperanza y efímeros lamentos compartidos. Regala entre la sombra una sonrisa la vida que bend...
Besando cada instante de locura y amando tu soñar intensamente, me entrego con mis versos dulcemente llenando cada espacio de ternura. La noche llega osada en su apertura cargando entre desvelos lo inminente, bien sabe que la luna confidente se enciende lisonjera en la aventura. Yo ofrezco en la mirada sin censura, aquella que contagia simplemente tan sólo el anhelar lo que perdura. Y besas entre azares mi presente, en medio de la edénica frescura que surte su sonrisa irreverente. Y el alma me robaste vehemente: ¡Un beso, perpetuándose en mi historia! Grabando cada instante en mi memoria el sello de esta alianza eternamente. El bálsamo fulgente me endulza cual adagio si deliras: ¡La magia de este amor que tanto inspiras!
La luna de otoño su rostro presenta tan llena de amores e ilusas promesas, la novia coqueta que en sombras discretas seduce las noches con gala de estrellas. Tan regia y versada de enigmas conspira con sueños de musas letrada andarina, celeste en la orgía que aliena y disipa, lamentos del alma cual huellas y estigmas. La luna de otoño comparte su alquimia conjura cual credo su etérea armonía, guedejas de plata que esplenden sonrisas en tanto en su delfos azares conquista. Divina embelesa la noche de espera la luna que el aura del céfiro besa, nostalgias del alma, albur de quimeras, gozados suspiros y umbrosas tristezas. La luna de otoño su rostro presenta tan regia y versada de enigmas conspira, la luna de otoño comparte su alquimia: divina embelesa la noche de espera.
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