El silencio nos habla.
Oquedad del silencio que supera las dudas,
en el vacuo vacío del trivial desengaño.
Nimiedad del cariño compartido en penumbras
y el desierto secreto que reserva callado.
Omisión que enmudece el sentido divino,
cual prudencia que acalla las palabras del alma.
Desafío silente del azar y el destino
cual afasia discreta del reposo y la calma.
El sosiego del verbo que me habla en tus ojos
necesita el abrazo del silente deseo.
Las palabras se pierden en el nimbo de antojos,
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