Desvelo que trasciende

 Tu piel tiene el sabor de las promesas,  

de un dulce atardecer en mis sentidos,  

y en su rumor despierta los latidos  

la flor que el alma en sueños me confiesa.  


Tu aroma me anticipa las sorpresas  

de un roce en los umbrales prohibidos,  

mi pulso va buscando, entre gemidos,  

la sien donde mi fiebre se atraviesa.  


Y bebo el resplandor de tu apogeo,  

la miel que del pecado se desprende:  

¡La voz que entre suspiros yo deseo!


Tu carne es oración que no reprende

y en su sabor me pierdo en devaneo,  

de un fuego que entre anhelos me sorprende. 

 

Desvelo que trasciende:

¡Se entrega mi razón, por ti florece;  

pues toda esta pasión me pertenece! 


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