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Amo el recuerdo, más no el olvido

 Miro la Luna, llega el rocío, mientras su claro triste se asoma, sé que estás lejos, busco entre sombras mas me convenzo:¡No estás conmigo! Siento que ríes, tu voz me anima cuando despierta el halo en el alba, y es el suspiro quedo del alma quien me susurra con sus caricias.  Pero te has ido, surcas la aurora y es tu energía el vital amparo, que me sostiene frente al quebranto cuando en mis noches pesan las horas. Guardo conmigo tantas memorias esas que llegan junto al delirio, tantos instantes, tantos suspiros fluyendo en versos cuando eclosionan.  Viste el oasis su paraíso todo está en calma, la paz te abraza la fe conspira con la esperanza y el universo surte el estío. Pacta el silencio junto al destino y en el ocaso me duele el alma cuando el aroma del viento exhala siento nostalgia, caigo a su abismo. Miro a la luna siento el vacío busco al lucero que se ha perdido amo el recuerdo, más no el olvido Siento que faltas: ¡No estás conmigo!

Desvelo que trasciende

 Tu piel tiene el sabor de las promesas,   de un dulce atardecer en mis sentidos,   y en su rumor despierta los latidos   la flor que el alma en sueños me confiesa.   Tu aroma me anticipa las sorpresas   de un roce en los umbrales prohibidos,   mi pulso va buscando, entre gemidos,   la sien donde mi fiebre se atraviesa.   Y bebo el resplandor de tu apogeo,   la miel que del pecado se desprende:   ¡La voz que entre suspiros yo deseo! Tu carne es oración que no reprende y en su sabor me pierdo en devaneo,   de un fuego que entre anhelos me sorprende.    Desvelo que trasciende: ¡Se entrega mi razón, por ti florece;   pues toda esta pasión me pertenece! 

Si el crepúsculo me llama

  Declina el sol, dorando el occidente y en su fulgor renace tu memoria;   mi alma, de sombras teje su victoria   y al recordarte vuelvo adolescente.   He hallado amor en la ceniza ardiente   del tiempo gris que apaga toda historia;   más tu ternura deja su victoria,   pues en tu luz el alba es inocente.   Aun canta el alma al borde de la herida,   pues tu calor alienta mi latido,   y el viejo amor se torna en nueva vida.   Florece el ser, de eternidad vestido;   y aunque el final parezca despedida,   tu amor me deja el sueño redimido.   ¡Qué al morir, si el crepúsculo me llama,   mi verso en tí anclará cada mañana! 

Con las caricias de entonces

 Aún conservo en mi diario aquellas letras del alma, que mantienen la fragancia de tus caricias de entonces. Décadas de amor y flores en la  auténtica algazara de un romance en la alborada de nuestros sueños raptores. Aún conservo aquel aroma en el bregar de mis años, los anhelos tentadores acompañan el ocaso. El valor de una caricia perpetuada en el remanso del recuerdo inexorable de aquel tiempo sin quebrantos. Aún conservo aquellas horas entre azares y desvelos, ellas surten mis historias, ellas vivieron mis sueños. Despuntan cada mañana al labrar fieles deseos en el edénico instante en que beso mis recuerdos. Acaricio los momentos en el oasis que aguarda el fulgor de tu mirada escudriñando el silencio, ese que juntos retamos al poblar cada desierto con desafíos de auroras vislumbrando nuestra alianza. Aún me gozo en la añoranza de aquellos nidos de amores, en la idílica avalancha de versos y de canciones, de aquellas letras del alma visualizando los dones que abrazaron los...

Desde el alma sin fronteras

 Abre puertas desde el alma, sin fronteras esa ofrenda peregrina y resiliente, que conduce a caminar en el presente entre anhelos surtidores de quimeras. Atesora remembranzas alfareras hacedoras de un espíritu eminente, ensalzando lo que esculpe dignamente el parnaso seductor de primaveras. Se asemeja a lo más tierno imaginable el mirífico regalo que ameniza, con su fúlgido placer a lo encomiable. Lo que atado a la esperanza vigoriza  y resguarda el florilegio memorable cual compendio que entre auroras entroniza.

En la voz del viento

  Porque la poesía permanece en la voz del viento, que susurra historias antiguas y nuevas a través de los campos y las montañas, llevando consigo los versos olvidados y los recién nacidos, una sinfonía invisible que solo el alma atenta puede percibir. En la tinta que susurra eternidades, grabada en pergaminos, libros o pantallas, donde cada letra es un latido y cada palabra un universo. Es el rastro indeleble de pensamientos, sentimientos y visiones que trascienden el tiempo y el espacio, esperando ser descubiertos y revividos por cada lector. En la huella invisible de quienes la sienten y la hacen su morada, aquellos corazones que vibran al compás de sus ritmos y la transforman en un modo de vida. Son los poetas, los soñadores, los amantes de la belleza que la llevan consigo, la viven y la exhalan, dejando su impronta en cada gesto, cada mirada, cada suspiro. 🌿✨ La poesía florece cuando alguien la mira con el corazón, con la pureza de la emoción y la apertura de la sensibilidad,...

Llegas a mi invierno

 Llegas a mi invierno surtidor del alma buscando cobija, refugio y amparo, traes la nostalgia, mas un suave trino alcanzó la esencia del fatal quebranto, para así mirarte profundo a los ojos revelando aquello jamás olvidado.   Vuelves a mi invierno tras otoño errante, sabes que he sufrido todos tus ocasos que por nunca herirte desafiando al tiempo, quise perpetuarme sin firmar contrato y a pesar de todo vivir el idilio: ¡creyendo en la fuerza de lo inesperado!   Vivo la experiencia de este amor de invierno en medio de azares crecen los milagros, se superan todas las adversidades y enfrentamos juntos todo paso a paso, sin temer la furia de la hostil envidia que oculta su rostro tras un fiel remanso.   Amor de mi invierno, de mis primaveras del cetrino hastío, de osados veranos, obremos unidos sin manchas ni huidas consagrando todo lo bueno y humano, que nos compromete revelando anhelos mientras la esperanza besa nuestro pacto.

Mas el Brío se Revela con Empeño

  Más que unidos, hoy podemos festejar el amor que ha trascendido sin fronteras, el constante florecer de primaveras que contagia con ternura nuestro hogar. Cada instante es un motivo para amar cultivando palmerales de quimeras, de respeto y compromiso en las esperas que alimentan nuestro onírico bregar. Nos inspira día a día el desafío, el que deja su andamiaje cual diseño y transforma en fortaleza lo baldío. Hay pendientes que nos miran con desdeño y amenazan arrojarnos al vacío, mas el brío se revela con empeño. Del amor y sus bondades Dios es dueño, nos ofrece su mirada desde el cielo, el legado de bondad en nuestro anhelo de lograr perseverar por cada sueño. Un paisaje de ensueño, hacedor del sentimiento que edifica: ¡Labrador del corazón que no claudica!

Noche de ilusos desvelos

 En la hermosa noche de ilusos desvelos  cargando nostalgias, azules recuerdos, te siento entre versos que  vencen distancias  llevando conmigo tu amor sin reproches mientras miro al cielo vislumbrando el alba.  En la intensa noche de ilusos desvelos hay más que añoranzas que irrumpen silencios, te siento entre versos que alivian y calman mientras la mirada se pierde entre  montes y augura un Oasis de edénicas ansias. En la noche osada de ilusos desvelos tal vez la esperanza se adose a mis ruegos, te siento entre versos que lazos afianzan en tanto a lo lejos surte el horizonte el soplo divino cual suprema alianza. En la hermosa noche de ilusas veladas: ¡Se postra una estrella frente a la alborada!

Curiosa en el albur

 La musa se contagia con la risa y avista el universo que convoca, no quiere claudicar su voz provoca y roba de soslayo una sonrisa. Curiosa en el albur cual pitonisa resalta su donaire de escultora, cincela la esperanza con la aurora y logra una fusión de maravillas, luciendo el arrebol de sus mejillas y el garbo de su gracia seductora. El garbo de su gracia seductora combina con la noche opalescente, mostrando su elegancia reluciente y haciendo ver su esencia tentadora. Bien sabe de su estirpe soñadora el brío del tintero que improvisa sabiendo que su ingenio cual premisa requiere encantador de una quimera que inspire una romanza con la espera y pueda contagiarse con su risa.

Toda tu luz diseminas

 Vuelves con aires de diva musa que al tintero encantas, llegas con sublime estampa y a mi corazón inspiras. Vuelves ligera, genuina, contigo va la palabra perseverante que alcanza  persiguiendo sus quimeras, en los montes y veredas creando nuevas alianzas. Besas el iris, suspiras  cuando admiras la alborada, tan coqueta y soberana, conquistadora, divina. Toda tu luz diseminas con pinceles de esperanzas, vislumbras cada mañana esa eterna primavera, que en medio de las querellas resiliente se levanta.

Deshizo su armadura

  Será tal emoción que no se olvida la misma que guardamos cual tesoro, que supo alimentarnos el decoro la tarde de la cruda despedida. Las hojas conspiraron en su huida llevándose consigo lo que añoro: los sueños, la obsesión, lo que valoro de aquella libertad incomprendida. Las deudas del amor hoy nos castigan, nos pasan lo esencial de la factura en medio de recuerdos que fustigan. Y siento que al contar nuestra aventura la vida y sus lecciones nos obligan, a nuevos horizontes de apertura. Y el viento pudo más que la angostura pues supo incursionar dentro del ruedo, quitar toda raíz, vencer el miedo y actuar con dignidad y con cordura. Deshizo su armadura: el árbitro feraz que junto al viento, sentencia cada instante en su momento.

Comenzar en la esperanza

 Mirar la vida con la óptica de disfrutar cada instante, ocuparnos y no preocuparnos tomando acciones que contribuyan al bienestar personal, sin herir sensibilidades, aprendiendo a conocernos primero, para poder valorar la esencia humana y lo importante de amar con lealtad y respeto, para sentir que somos amado en la misma medida. No dejar de creer en el milagro de la vida, en sus perspectivas potenciales, en el crecimiento espiritual y en el constante aprendizaje que nos ofrece la filosofía universal del amor. La oportunidad milagrosa de vivir requiere sacrificios. La espiritualidad eleva el pensamiento, desarrolla el visionario proyecto de alcanzar las metas, abrazar los sueños, desafiar espacios de espejismos yertos, construir caminos e ilusos senderos con el fiel empeño de vencer los retos. No rendirnos ante la adversidad lacerante, no claudicar ante la intolerancia y la incomprensión, mirar siempre el entorno con optimismo, dispuestos a regalarnos la posibilidad de probar la f...

Las letras versan la vida

 Escritas a la medida para todas las edades, revelando realidades las letras versan la vida. No habrá fuente prohibida para quien justo se atreve, al reto que se conmueve junto al tesón y al denuedo para defender su credo con el amor que promueve. Con el amor que promueve cada nota desde el alma, se viste de luz la calma  no hay nada que la releve. Muestra su ingenio a relieve y el talento multiplica, en tanto se glorifica  la impronta cuyo legado,  trasciende el manto sagrado que al poeta dignifica. Al poeta dignifica  su albedrío en su momento,  siempre osado en cada intento su verso jamás claudica. En su periplo vindica con justicia y con sapiencia, sin fijarse en la apariencia protegiendo lo genuino, que sustenta lo divino de la suprema conciencia. 

En la luna de otoño te contemplo

 Sobre la luna, altar de fuente arcana ,   se tiñe de fulgor la fe que invoco,   y en su cristal eterno encuentro el foco,   donde tu sombra vuela soberana.   La noche, con su veste más temprana,   susurra un canto al corazón más loco,   y el cielo se dilata poco a poco   como plegaria ardiente y sobrehumana.   Yo sé que has de venir, visión de estrella,   a abrir en mí la puerta del misterio,   donde la llama en mística centella    deshoja eternidades de su imperio;   y oír tu nombre acaso en la querella  será la eternidad de mi salterio .   Impávido criterio,   si al renacer en medio del que alumbra: ¡El alma es luz que nunca se derrumba! Este poema es un soneto místico con un cierre lírico adicional donde confluyen la emoción amorosa y la trascendencia espiritual. En él, la luna de otoño se convierte en altar y símbolo de revelación, re...