Décimas
De la musa convencida
Ante el amor fascinante
se subliman nuestros días,
sentimos las melodías
como un arpegio triunfante.
Es lo más tierno y fragante,
lo que enternece la vida
jamás se verá perdida
entre sus alas traviesas,
para versar las sorpresas
de la musa convencida.
Se sienten cual soberanos
los que el amor multiplican,
aquellos que no claudican
frente a los retos cercanos.
Unidos se dan las manos
e hilvanan los pensamientos,
aprovechan los momentos
para siempre agradecer
tratando de enriquecer
valores y sentimientos.
De tus brazos lisonjeros
nunca quisiera escapar
y entre ellos abrazar
horizontes y senderos.
Los caminos verdaderos,
esos que el tiempo pondera
cuando en el amor espera
la vida con sus azares,
que aún entre los pesares
vislumbra la primavera.
Con los pies siempre en el suelo
del lado del corazón,
compartiendo la ilusión
que hilvana cada desvelo.
Y es porque vuela el anhelo,
ese que nos quita el sueño
quien exige del empeño,
de la osadía y del gozo
y del total alborozo
que implica el ser halagüeño.
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