Regala su alborear
Te dedico estos versos, amor de mi vida, esposo y amante, incondicional, leal y
gentil caballero que me sorprende y enamora con detalles tan llenos de luz, que engrandecen lo sencillo, porque en ellos va la tinta del amor genuino y sin dobleces.
Para ti mi Pipo complaciente, admirable y siempre entregado a mis surtidores de anhelos.
Para ti Carlos Luis González, estos mis versos.
En nuestro aniversario de casados por la iglesia, que nos unió en alma, cuerpo y espíritu el 13 de Mayo del 2005 en la Parroquia del Carmen de la ciudad de Matanzas, Cuba, con Nuestro Dios Amor como testigo supremo, bendecidos por el bien amado Padre Isidro y con la maravillosa compañía de quienes recibimos clases en el equipo de Matrimonio de la iglesia por más de un año, la Señora Rosa Teresita y su esposo el Dr. Jesús Hernández.
gentil caballero que me sorprende y enamora con detalles tan llenos de luz, que engrandecen lo sencillo, porque en ellos va la tinta del amor genuino y sin dobleces.
Para ti mi Pipo complaciente, admirable y siempre entregado a mis surtidores de anhelos.
Para ti Carlos Luis González, estos mis versos.
En nuestro aniversario de casados por la iglesia, que nos unió en alma, cuerpo y espíritu el 13 de Mayo del 2005 en la Parroquia del Carmen de la ciudad de Matanzas, Cuba, con Nuestro Dios Amor como testigo supremo, bendecidos por el bien amado Padre Isidro y con la maravillosa compañía de quienes recibimos clases en el equipo de Matrimonio de la iglesia por más de un año, la Señora Rosa Teresita y su esposo el Dr. Jesús Hernández.
Regala su alborear
Puedo admirar tu alma con mis ojos de anhelos,
apretar la esperanza junto al sueño de amar.
Puedo alcanzar el cenit, delirantes desvelos
así como la noche al lucero besar.
Puedo atrapar el viento que acaricia placeres
y trocar la nostalgia solo al verte acercar.
Puede el amor que siento describir rosicleres
así como la aurora matiza el despertar.
Puedo en noches oscuras dibujar tu silueta
y sentir ese aliento en el tórrido azar.
Puede ese instante osado que a la luz comprometa
así como la Luna al Sol enamorar.
Puedo decir te quiero, te amo y te deseo,
apegarme a tus mimos y a tu forma de orar,
invadir cada espacio y el gentil balbuceo
y así cual sortilegio los senderos andar.
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