Aunque estemos ausentes



En el instante exacto cuando estemos ausentes
con las cargas al hombro, vencidos e indolentes,
tú serás el anhelo frugal y prohibido 
en tanto la indulgencia se negará al olvido.

En la mañana errante caminará la suerte
entre azares discretos del acertijo inerte
y en medio de la angustia voraz e inescrutable,
el horizonte inerme presagia lo insondable.

La quimera trasciende la niebla con su impacto
y aniquila el hastío mortal y estupefacto.
En las sombras bohemias del miedo carcelero,
repudiará el castigo su ruido lastimero.

Indefenso el ocaso se espanta en la querella
de la injusta batalla por censurar la estrella.
En tanto el sacrificio se aferra al desafío
que defiende el decoro vital de su albedrío.

El estío renace del azar prometido,
cual anhelo alcanzable, crucial y florecido,
si en la osada contienda los sueños vehementes
inspiran esperanzas aunque estemos ausentes.


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