En la voz del viento
Porque la poesía permanece en la voz del viento, que susurra historias antiguas y nuevas a través de los campos y las montañas, llevando consigo los versos olvidados y los recién nacidos, una sinfonía invisible que solo el alma atenta puede percibir.
En la tinta que susurra eternidades, grabada en pergaminos, libros o pantallas, donde cada letra es un latido y cada palabra un universo. Es el rastro indeleble de pensamientos, sentimientos y visiones que trascienden el tiempo y el espacio, esperando ser descubiertos y revividos por cada lector.
En la huella invisible de quienes la sienten y la hacen su morada, aquellos corazones que vibran al compás de sus ritmos y la transforman en un modo de vida. Son los poetas, los soñadores, los amantes de la belleza que la llevan consigo, la viven y la exhalan, dejando su impronta en cada gesto, cada mirada, cada suspiro.
🌿✨ La poesía florece cuando alguien la mira con el corazón, con la pureza de la emoción y la apertura de la sensibilidad, permitiendo que sus raíces se entrelacen con las fibras más profundas del ser. No es solo un conjunto de palabras, sino una experiencia, una revelación que se despliega ante los ojos del alma.
Y perdura cuando el alma decide escucharla, cuando se detiene en el bullicio del mundo para sintonizar con su melodía silenciosa, para descifrar sus enigmas y abrazar su consuelo. Es entonces cuando la poesía se vuelve inmortal, un legado que se transmite de generación en generación, un faro de luz en la oscuridad, una fuente inagotable de inspiración y belleza. 🌿✨
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