En la luna de otoño te contemplo

 Sobre la luna, altar de fuente arcana,  

se tiñe de fulgor la fe que invoco,  

y en su cristal eterno encuentro el foco,  

donde tu sombra vuela soberana.  


La noche, con su veste más temprana,  

susurra un canto al corazón más loco,  

y el cielo se dilata poco a poco  

como plegaria ardiente y sobrehumana.  


Yo sé que has de venir, visión de estrella,  

a abrir en mí la puerta del misterio,  

donde la llama en mística centella  


deshoja eternidades de su imperio;  

y oír tu nombre acaso en la querella 

será la eternidad de mi salterio.  


Impávido criterio,  

si al renacer en medio del que alumbra:

¡El alma es luz que nunca se derrumba!



Este poema es un soneto místico con un cierre lírico adicional donde confluyen la emoción amorosa y la trascendencia espiritual. En él, la luna de otoño se convierte en altar y símbolo de revelación, reflejando tanto la belleza cósmica como el anhelo interior de fe y encuentro.


Código de registro: 2509133061455


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