Comenzar en la esperanza

 Mirar la vida con la óptica de disfrutar cada instante, ocuparnos y no preocuparnos tomando acciones que contribuyan al bienestar personal, sin herir sensibilidades, aprendiendo a conocernos primero, para poder valorar la esencia humana y lo importante de amar con lealtad y respeto, para sentir que somos amado en la misma medida. No dejar de creer en el milagro de la vida, en sus perspectivas potenciales, en el crecimiento espiritual y en el constante aprendizaje que nos ofrece la filosofía universal del amor.


La oportunidad milagrosa de vivir requiere sacrificios. La espiritualidad eleva el pensamiento, desarrolla el visionario proyecto de alcanzar las metas, abrazar los sueños, desafiar espacios de espejismos yertos, construir caminos e ilusos senderos con el fiel empeño de vencer los retos.


No rendirnos ante la adversidad lacerante, no claudicar ante la intolerancia y la incomprensión, mirar siempre el entorno con optimismo, dispuestos a regalarnos la posibilidad de probar la fortaleza que habita en cada ser humano y que indemne de odio, de rencor y de cadenas, no se esclaviza ante las contingencias nefastas del quebranto, sino que renueva su capacidad de perseverar para alcanzar quimeras.


Comenzar en la esperanza


De nuevo a comenzar en la esperanza

hablando desde el alma con la pluma,

sumando tantas noches entre dudas

sujetas las tristezas y nostalgias.

Genuino el reiniciar con tolerancia

mirando al universo apasionado,

sintiendo el sortilegio en su remanso

tomando nuevas riendas entre anhelos,

fijando el renacer en su revuelo:

 ¡abraza el despertar desde su amparo!


Abraza el despertar desde su amparo

y enfrenta al deshonor, a la perfidia,

al odio y al flagelo de la envidia

le muestra un universo pleno y claro.

Detesta la malicia del descaro

que suele avasallar a la confianza,

revela en el empeño y la pujanza

la cara victoriosa de la vida,

que osada nos bendice y nos convida:

¡De nuevo a comenzar en la esperanza!


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