Deshizo su armadura

 Será tal emoción que no se olvida

la misma que guardamos cual tesoro,

que supo alimentarnos el decoro

la tarde de la cruda despedida.


Las hojas conspiraron en su huida

llevándose consigo lo que añoro:

los sueños, la obsesión, lo que valoro

de aquella libertad incomprendida.


Las deudas del amor hoy nos castigan,

nos pasan lo esencial de la factura

en medio de recuerdos que fustigan.


Y siento que al contar nuestra aventura

la vida y sus lecciones nos obligan,

a nuevos horizontes de apertura.


Y el viento pudo más que la angostura

pues supo incursionar dentro del ruedo,

quitar toda raíz, vencer el miedo

y actuar con dignidad y con cordura.


Deshizo su armadura:

el árbitro feraz que junto al viento,

sentencia cada instante en su momento.


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